¡Una Pelirroja, 8 Chicos! ✓

#3 La "gran" cena

El silencio reinaba en la mesa.
Pero solo por mi parte.

La mayoría de ellos mantenían una conversación que no me interesaba en lo absoluto, típicos clichés del chico deportista.

—¿Qué van a pedir? —interrumpió Cameron mientras caminaba hacia la mesa.

No puedo mal pensar la situación de un Cameron viniendo con las manos mojadas del baño, el pantalón mal puesto y el rostro colorado.

—Ya pedimos —anunció Jayden mientras lo miraba con su perfilada ceja alzada. —¿Estabas en el paraíso o qué?.

—No seas imbécil —gruñó el susodicho mientras rodaba los ojos al cielo. —Hey Jake, pide unas cervezas, el aburrimiento aquí es mucho —su mirada se paseó por mi persona unos segundos.

Lo miré.
El me miró.
No sucedió nada del otro mundo.

Lo que sí me alivió fue que el supuesto Jake dejara de mirarme como un psicópata. Sentía que me estaban taladrando el cerebro.

¿Acaso no le caigo bien? Realmente no me importaba, pero tiene una buena razón. Que una chica sin previo aviso invada su casa por tiempo indefinido es algo que a cualquier persona le molestaría.

Pero eso no le da excusa para ser tan idiota.

—¿Admirando las vistas, Jake? —pregunté dejando clara la molestia que me causaba.

Jake Pov's

—¿Admirando las vistas, Jake?.

Ver que si irritaba su rostro neutro me provocó satisfacción, pero tampoco podía culparla.

Llevo mirándola toda la cena, incluso comiendo o bebiendo de mi cerveza.
Tampoco voy a negar lo innegable, ella era bonita, de paso también estaba aprovechando.

Mas no lo podía evitar, su rostro me traía el recuerdo de cierta persona a la que deseaba olvidar.

Wendy.

Me había lastimado, un recuerdo que no quería revivir, nuevamente se infiltró a mi mente. Fue un amor del pasado, era más "joven", estaba enamorado de la idea del amor.

Podría decirse que Wendy era lo que todos conocemos como "Nerd". Siempre estaba sonriendo, aunque no creo que haga falta mencionar que nunca frente a mí, mayormente sonreía sola mientras escribía algo en su celular o cosas por el estilo.

Ella desprende esa aura cambiante, sus actitudes impredecibles, sus respuestas sin sentido, algunas veces hasta yo me sorprendo de ellas. Sus ataques sarcásticos, todo.
Yo lo sé todo.
Pero no me crean un psicópata demente alias pervertido, son cosas que he podido recopilar con el paso del tiempo.

Todo en ella me recordaba a Wendy.

Pero todo se fue a la mierda cuando pasó lo que pasó, y yo no sería tan estúpido para perdonar a alguien que hirió mi orgullo y sentimientos.

—¿Disculpa? —gruñó ella con molestia. —Bien, para mí sería un honor y alivio largarme de sus vidas y nunca volver a verlos, así que, me largo.

—Chicos, tranquilos, no se agiten —interrumpió Keegan con el ceño levemente fruncido.

—¿Agitarme? ¿Porqué lo haría? —levanté mi ceja sin entender que carajo le pasaba a todo el mundo.

—Lo que tienen de lindos lo tienen de ignorantes —vi como la chica nos miraba con indignación, en especial a mi.

Lo siguiente que escuche fue la puerta del local ser cerrada con fuerza, notable fuerza salida de la molestia.