#56 Odaxelagnia

5.6K 387 7
                                    

Keegan Pov's

Luego de una larga y extensa charla con Steven, donde le explicaba lo que era Pinterest y lo obligaba a descargarlo a su teléfono, pude irme en tranquilidad a mi habitación, a trazar mi estrategia en esta dura batalla.

Pensé en muchas cosas en ese momento, tratando de adivinar que podría regalarle a esa chica que no se viera mal.
Verán, sí, era todo un casavona, pero era pésimo cortejando a las chicas, por lo que con el paso del tiempo tuve que aprender a usar mi físico para atraerlas y simplemente usarlas...

Pero quería que fuera diferente esta vez, quería que ella sonríera de una forma especial cuando estuviera conmigo, que me diera un apodo estúpido y que cuando lo dijera se echara a reír.
Yo quería todo de ella, y puede sonar egoísta, pero era la mera y pura verdad.

Supe que era ahora o nunca cuando me la encontré en la puerta de nuestra habitación.

—¡Cariño! —sonreí ampliamente, viendo como la susodicha me miraba de reojo y procedía a ignorarme totalmente. —Oh, vamos, no seas tan cruel —añadí, haciendo un puchero de tristeza.

—Estoy cansada, Keegan —bufó, acercandose al espejo para empezar a quitarse la trenza mal hecha que tenía. —¿Qué quieres?.

—Mmm, siempre pediré lo mismo —me senté en mi cama sonriendo ladino. —¿Recuerdas nuestro primer beso? —pregunté, y me dio una satisfacción inmensa cuando vi como se erizaba por esas simples palabras. —Fue justo aquí.

—Creeme que lo recuerdo bien, idiota —gruñó, volteando a verme. —¿Alguna necesidad de desbloquear ese asqueroso recuerdo de repente? —preguntó, lanzandome la liga del cabello en toda la frente.

—Quizás tu inesperado beso con Jake —solté con simpleza, haciendo que la pelirroja casi diera un salto hacia mi dirección.

—¿Me estabas espiando? —inquirió, tratando de cambiar el rumbo de la conversación.
Una pena que yo fuera el que inventó eso.

—No te creas tan importante, pasaba frente al gimnasio y escuché sus vómitos verbales —reí burlón, acomodandome con tranquilidad en la cama mientras la observaba a punto de darme una patada en todas las pelotas.

—No me digas —atacó, igual de burlona que yo. —Al menos puedes disimular, idiota —añadió, sonriendome con superioridad.

Levanté mi ceja, sabiendo a que se refería y porqué lo mencionaba.

—Nunca disimulé que estoy loco por ti, cariño —admití con toda la tranquilidad del mundo, maravillandome con el creciente sonrojo que empezaba a formarse en sus mejillas. —Porque tu jamás te enteraras de lo mucho que significa para mí hablar contigo.

Su sonrojo solo me hacía querer tomarla y darle un beso tan fuerte que le dejara los labios hinchados por semanas.
Y por supuesto que no me quedaría con las manos.

Meegan Pov's

Y aquí estaba, pegada a un hombre que me hacía sentir cosas inexplicables, una pasión incontrolable y un salvajismo peligroso.
Y ahí estaba el, besandome de una manera única, mordiendo mis labios como si no hubiera un mañana.

¿Me sentía como una cualquiera? Mmm, sí.
¿Me importaba en ese mommento? Definitivamente no.

Por más que mi cerebro tratara de controlar estos dichosos sentimientos hacia Keegan, mi corazón salía desbocado hacia el sin siquiera detenerse a pensarlo por algunos segundos..
Cuando estaba con el, simplemente todo podía pasar.

Y era algo que me jodidamente me encantaba.

—Keegan... —musité, con la respiración acelerada por esa repentina muestra de afecto.

¡Una Pelirroja, 8 Chicos! ✓ Where stories live. Discover now