#18 Recuerdos Reveladores

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Chris Pov's

Hoy era el gran día de la fiesta, el día en el que podría deleitar mi mirada con esos bombones de A. P. O.

—¡Chris, llegaremos tarde, muévete! —el grito de Charlie hizo que mirara el reloj, el cual marcaba ciertamente que era tarde.

Bajé apresurado las escaleras, para tomar mi chaqueta y subir aún más apurado al auto de Charlie.
Arrancó a toda velocidad, claro está, que respetando los límites de velocidad.

El camino fue silencioso, como si ninguno de los dos supiera que palabras usar para entablar una conversación.
Nos pasaba seguido, puesto que recién habíamos empezado la relación, no sabíamos muy bien de qué hablar.
Aún así, era agradable nuestro silencio.

Al menos para mí.

El sonido difuso de la música me alertó, dejándome saber que ya habíamos llegado.
Y no era muy díficil darse cuenta, puesto que había cientos de autos caros por doquier, y aún más personas caminando entre ellos entrando a la casa.

Nos recibió una tarima improvisada que se alzaba frente a la entrada, junto al estruendo ruido de la música electrónica que ponía el DJ.

Nos escabullimos entre la gente y sin darnos cuenta ya habíamos llegado al segundo piso, en el cual la muchachería se besuqueaba en cada rincón. Y los gemidos sin duda se escuchaban alto y claro.
Siguiendo las indicaciones que Megan nos había dejado antes de despedirnos en el centro comercial, tocamos la que debería ser su puerta.

—¡Megan! —tocamos con fuerza, sabíamos que el ruido de la música hacia más difícil la tarea de que se escuchara algo dentro de la habitación. —¡Megan! —volvió a gritar Charlie.

Ambos nos miramos, preguntándonos si ya estaba en la fiesta y no nos habíamos dado cuenta.
Lo peor de todo es que la puerta estaba perfectamente cerrada, aunque tampoco la culpo.
Hay todo tipo de gente en fiestas como esta.

La puerta fue abierta de golpe, mostrando a una Megan notablemente recién levantada, con los ojos bien abiertos.
Nos arrastró a la habitación, cerrando nuevamente.

—Ya se lo que me van a decir, me duchare, mientras tanto, saquen el vestido del clóset y preparen todo, por favor —corrió sin dar muchas explicaciones, mientras por el camino se deshacía de todas sus prendas y entraba de un portazo a lo que suponíamos era el baño.

Ambos nos miramos y soltamos leves risas burlonas, empezando a sacar lo que nos habían pedido.
Yo me encargaba de sacar los maquillajes, accesorios, lo necesario para el cabello, etc.
Y Charlie se encargaba de el vestido y los zapatos.

No hace falta decir que soy el modista en casa, ¿Verdad?

Regresando al tema en cuestión, era un vestido negro, corto y con una espalda abierta perfectamente hermosa.
No podía esperar para ver a esa chica ursarlo.

Megan Pov's

—No creo poder sobrevivir la noche con esto —solté dudosa; el vestido era en exceso ajustado para mis gustos, a tal punto de que se marcaba perfectamente mi figura. —¿Y si alguien intenta tocar algo que no debe?

—Todos sabemos que le darías una buena patada en las pelotas y problema resuelto —respondió Charlie con una sonrisa de burla, recostado en mi cama observando a Chris terminar el maquillaje.

—Oh, te ves jodidamente sexy —admitió Chris, poniendo una mano en su pecho admirando lo que sin duda es una obra de arte.

—Siempre me veo así —respondí.

Nótese mi humildad por favor.

—Sí, la primera vez que te vimos estabas con un leggin, un abrigo tres veces más grande que tu talla y vans más desgastados que tú —contratacó Charlie.

—Aun así, muchas gracias —bufé, cruzándome de brazos y mirándome al espejo.

—Ahora ve, que todo el mundo vea la perra potrasa que eres —Charlie me dio un empujón fuera de la habitación.

Caminé con lentitud a las escaleras, tenía la ilusión de que la mitad de la multitud se fijara en mi, pero no soy una princesa de Disney para que eso suceda.
Aún así, varias miradas se posicionaron en mi, causando que mi ego incrementara algunas líneas de más.

Ciertamente, estoy algo nerviosa. Había visto en el pasado el tipo de fiesta que eran las de esta categoría.
Alcohol, baile, toqueteo...
Y muchas cosas más que prefiero no decir.

No es la primera vez que asistía aquí, y menos aún a una fiesta.
Una vez fui con Liam a una, cuando éramos "pareja".
Que recuerdos.

Flashback...

—¡Vamos Megan, baila para nosotros! —la voz de Liam era en lo único que necesitaba centrarme, me había dicho que si me portaba como era debido, recibiría un premio. No puedo dejar pasar esta oportunidad.

Luego de dar un baile del que no estaba segura de si me arrepentiría o no, pero lo di todo. Bajé cotoneando las caderas, al igual que tambaleandome por el poco alcohol en mi sistema al cual no estaba para nada acostumbrada.

Los integrantes de A. P. O estaban bastante borrachos, y pusieron en la mesa la idea de jugar "verdad o reto".
No tenía muchas más opciones que aceptar el juego o quedarme viendo como una idiota.
Así que, me arme de valor, y acepte.

—Esa es mi chica —Liam tiró su brazo por mis hombros y me arrastró al círculo, riendo como todo un borracho.

Cuando el juego inició, empezaron con los típicos retos de calentamiento, puesto que nadie quería escoger verdad.
Me aliviaba que había más chicas en el círculo, así que traté de mantener la calma y disfrutar el momento.

Aunque la calma no me duró mucho al ver como la botella caía en mí y en un miembro de la fraternidad.

—¿Verdad o reto? —preguntó una rubia.

—Reto —contestó con rapidez Hunter, mirándome con indiferencia y un apice de burla, burla que incrementaría si me atrevía a escoger "verdad".

—Reto...

—Les reto a besarse —no esperaba nada menos, pero me negaba.

¿Como podría besar a otro chico con mi novio delante?.

—¡Me niego! —proclamé negando fuertemente con la cabeza.

—Oh vamos Meg, no seas aguafiestas —retó Liam, mirándome con una ceja alzada.

—Pero Liam... No podría, yo...

—Hazlo —ordenó ahora con el ceño fruncido.

Tragué con pesar el nudo que tenía en la garganta. Viendo como Hunter me miraba de arriba a abajo, esperando que yo me acercara a el.
Y ciertamente. Lo hice.

Lo besé.

El aroma que el emanaba solo hacia que quisiera terminar ese estúpido beso lo más pronto posible, así que no habían pasado ni medio minuto cuando lo había apartado de un empujón.

Fin del Flashback...

Sí, realmente pasó.
Pero fue hace un tiempo, así que espero que Hunter no recuerde eso en lo absoluto.
No sé cuándo pasó, pero estaba en el regazo de un chico cuando regrese a la realidad.

Me asusté, pero mi rostro se relajó al ver a Steven.
No me malentiendan, no crean que el es un santo por si apariencia, si fuera por eso, fueran todos serafines.
Sonreí con un poco de amabilidad, y me levanté, observando a lo lejos como Chris y Charlie hablaban animadamente mientras bailaban en una esquina.

La música que sonó a continuación era ridículamente pegadiza, y más aún cuando no era amante del reggaeton, pero, joder, "Otro trago", era una canción que te ponía a bailar aunque no quisieras.

—¡Cuando el DJ pone la música! ¡Ella baila como nunca! ¡Y ahora pa' lo oscuro y sin disimulo olvidando la pena la pillé! —canté, o mejor dicho, grité las líneas, moviendo mis caderas al compás de la música. —¡Cuando el DJ pone la música! ¡Ella baila como nunca! ¡Ahora hace lo que quiere cuando quiere y si no quiere eres otro que se jode también! —grité con una sonrisa y un exquisito vaso de cerveza.

¡Una Pelirroja, 8 Chicos! ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora