#26 Chusma

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La idea de que sintiera preocupación por mi se desvaneció al ver como sus ojos se endurecían con esa coraza impenetrable, pasando a sermonearme.

—Deberías pensar también en nosotros.

—Si quieres echarle la culpa a alguien, estás hablando con la persona equivocada —corté mientras trataba de echar a un lado la presencia masculina que no me dejaba paso.

—Entiendo que Keegan se pasó de idiota en ese momento, me disculpo de su parte —su hablar seco me dejó en claro que no quería venir a disculparse a causa de su compañero, más bien era el sentido del "honor".

—Si no viene de él, no me sirve de nada —espeté, caminando a su lado.
No obstante, la irritante voz de su familiar hizo que me detuviera en un segundo al escuchar el escándalo que salía de su arpía boquilla.

—Es un caso perdido, hermano —su mano se posicionó en el hombro del muchacho, que la miró de reojo con neutralidad. —Circulan rumores extraños alrededor de esta chica, ¿No llegó hasta sus oídos el curioso dato de que, apesar de ser nuevo, Megan parecía conocer al chico nuevo desde hace una eternidad?, Es un poco preocupante, ¿No lo creen?

Las miradas fueron a parar a mi persona, mientras yo buscaba una excusa adecuada para salir del embrollo que las palabras ajenas me habían metido.
Realmente odiaba los rumores, sin fundamentos o bases podían hundir hasta el más poderoso rey.

—Y si así fuera, ¿Sería realmente de tu incumbencia? ¿De cualquiera de ustedes realmente? —respondí tajante, posicionándome frente a ella con el rostro serio. —Hay algunas cosas que tú también deberías saber, querida Kitty —caminé a su alrededor, observando de reojo como mi víctima fruncía el ceño en espera de mis palabras.

—¿Que podría decirme una persona como tú?

—Creo que es algo que debería saber tu hermano también —detrás de su espalda, posicione mis manos en sus hombros, haciendo que quedara justo frente a mi asaltante.

Por supuesto.
Era una idea peligrosa, improvisada e incluso ridícula.
Pero, ¿Todos saben que odio perder, no?

—Hace unos cuantos días, llegaron visitas inesperadas a la fraternidad —empecé. —Oh, pero no debería decir tales cosas, podría arruinar tu relación...

El rostro de la susodicha se desencajo en confusión al escuchar la palabra relación, haciendo que su vista se dirigiera rápidamente hacia Keegan, que me miraba con naturalidad, como si realmente pensara que no diría algo así.
Odiaba que la gente creyera que me conocía.

—Pero, ya que tengo toda tu atención —susurré, poniendo mis labios junto a su oído para que escuchara con claridad el candente mensaje. —Dichas visitas inesperadas, se me escaparon de entre los dedos... Y, bueno —solté una pequeña risa mientras recostaba mi mentón de su hombro. —Tu querido novio me ayudó, fingiendo ser mi pareja por algunos largos minutos, incluso quiso propasarse —fingí tristeza, una que claramente era falsa a la cara de todos, con toda la intención.

El silencio profundo era asfixiante, pero a la vez bastante satisfactorio.
El rostro de las tres víctimas era un espectáculo digno de ver.
Llámenme cruel, pero, ¿No dicen que la honestidad es la base de una relación?
Aunque odiara a Kitty, odiaria que le rompieran el corazón por sobre cualquier cosa.
Pobrecita.

—Fuiste tú la que me lo pidió —la voz de Keegan se alzó sobre el silencio, clavada en mi cuello como signo de advertencia. —La pena de ver a un ratón asustadizo entre la espada y la pared me consumió —soltó un largo y sonoro suspiro de "pena".

—Al parecer la pena se te salió de control —comenté con una media sonrisa ladina que dejaba mucho a la imaginación.

Lo siguiente fue el sonido seco de la gran bofetada femenina que Kitty lanzo al rostro de Keegan.
Digo, femenina, ya que las mujeres solo jalan el pelo.
Por eso prefería pelear con hombres, era en cierta parte menos doloroso.

Al fin es útil para algo esta niña.

—No me interesa que mierda fue lo que hicieron ese día, pero tú —la voz de Jake se escuchó entre las nuestras, neutra y a la vez furiosa. —Aléjate de mi hermana, y tú —su mirada se clavó en mi pequeña persona. —Mantente alejada de problemas —tomó a Kitty del brazo y empezó a caminar lejos de nosotros.
Los mismos que nos habíamos convertido en el centro de atención de toda la cancha.

—Me alejaré de los problemas y también de la chusma —contesté con sinceridad, alejándome del problema y ya sin ganas de continuar las siguientes clases del día.

Una vez al año no hace daño, o eso dicen por ahí.

Algún buen rato más tarde, ya estaba en una habitación ajena mientras veía cómodamente Netflix.
Cortesía de Cameron, el cual no fue al instituto el día de hoy, y a pesar de como terminaron las cosas la última vez que apareció, no nos detestamos.
Y amablemente decidió compartir su habitación mientras el salía a hacer algunos mandados.

Jake Pov's

—Si vas a sermonearme, lo entiendo, pero ambos sabemos que será una charla inútil —empezó.

Mis ganas de encajarle mi puño en la boca eran inmensas, pero no quería pagar una cita a emergencias a esas horas de la noche.

—Sabía que debía mantenerte alejado de Kate, eres un imbécil.

—¿Quién es Kate?

Lo miré, y lo miré, y lo seguí mirando.
Sin poder entender como una persona podía llegar a ser tan ignorante.

—Kitty —respondí con lentitud.

—Oh, vamos bro, ambos sabemos que tu hermana no ha sido una santa conmigo precisamente —su voz salía cortante, y su mirada era fría.
Discutir con Keegan era algo que odiaba, no por el hecho de que fuéramos compañeros.
Esas mierdas de la amistad no van conmigo.
Si no que era el hecho de la prepotencia que había en cada una de sus palabras.
Era irritante, como si lo supiera todo.

—Sí, supongo que fue parte de un patético plan para acercarte a Megan. Acéptalo Keegan, ella te detesta.

—¿Y a ti no?

—Al menos yo no la hostigo como un pervertido.

—Ah, al menos lo admites —me tense en cuanto se acercó a mí, lo cual podría significar que su ego fue herido o que quería iniciar una pelea.
Años de soportar a este inútil tenían que servirme de algo.

—¿Sabes? Al principio era solo sexual, quería... Quería cogermela, y pasar un buen rato —soltó una risa burlona. —Pero... Cada día que pasa, me muestra facetas nuevas... Pequeños fragmentos que voy recogiendo para llegar al premio final.

—¿Sabes cuál es tu maldito problema? Que piensas que las personas son jodidos trofeos —lo empuje con brusquedad, haciendo que un pequeño jarrón cayera al suelo y causara un estruendo ridículo para el tamaño.

Megan Pov's

Nisiquiera tuve que escuchar bien el estruendo cuando salí corriendo a toda velocidad a meterme entre las mantas, fingiendo no haber escuchado la excitante pelea que los líderes de la casa habían tenido.

Vaya sorpresa me llevo todos los días.

¡Una Pelirroja, 8 Chicos! ✓ Where stories live. Discover now