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McGill me mira fijamente. Pero no dice nada.

-¿Cómo es que puedes resistirte? -me dice el loco-. No importa. Detenganla.

¿A qué demonios me resisto? ¿y qué demonios les pasa a todos?

Varias personas tratan de tomarme. Doy patadas y puñetazos a cabezas y estómagos. Derramó saliva y sangre. Pero son demasiados. Me someten. Y McGill me esposa con las manos tras de mí. A continuación me abraza por la espalda. Me inmoviliza.

-Directora de la AIE, Ministro de Defensa, Señor Presidente... Suban al estrado.

Lo obedecen.

El maniático saca un bisturí de su bata y se lo entrega a Geena.

-Geena, ¿qué está pasando?

McGill cierra mi boca con su mano. Y con un solo brazo me mantiene cautiva. Mide dos metros. Es mucho más fuerte que yo.

-Señora Shelly, haga el honor. Extirpe el primer tumor. Acabe con el Ministro de Defensa.

Geena asiente.

¿Geena que vas a hacer? No lo hagas.

Si Geena asesina al ministro, las bases del gobierno se derrumbarán.

¿Cómo lo evito?

Trato de liberarme de McGill. Pero me aprieta con más fuerza. ¡Diablos!

El ministro permanece firme como en una ceremonia militar. Como si fuera un honor ser sacrificado.

Geena apuñala al ministro en el corazón.

¡Nooooooo!

El ministro cae. Desangrándose. Muerto. El bisturí en su pecho.

-¿Qué pasó? -se queja Matt, mientras masajea su mandíbula. Está volviendo en sí.

Se pone de pie. Y el horror se apodera de él al ver el cadáver desangrado del ministro. Es un buen actor.

Mira al demente.

-Esto no puede ser real.

Matt observa en derredor. Su mirada se clava en mí, atrapada por McGill.

-¿Tú te resistes?

-Qué bien que despertó, Señor Gillen. Justo a tiempo para ver al Presidente ser extirpado. Señora Shelly, haga los honores por favor.

El Presidente posa solemne, listo para su ejecución.

Geena saca el bisturí del corazón del ministro.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now