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—¿Quiénes llevan el caso? —pregunta Matt.

—La ASI.

Agencia de Seguridad Interna. Es nuestro "FBI".

Tengo un mal presentimiento. Esta es la mujer por la cual la computadora de Matt se llama María.

—Llámenles y díganle que ayudaré con el caso.

—Señor Gillen. La ASI tiene muy buenos agentes. La rescatarán. Por ahora la prioridad es saber si El Cirujano ha entablado relaciones con La Guerrilla.

Matt está paranoico.

—Quizá los secuestradores tengan la información que necesitamos, deberíamos apoyar a la ASI —digo.

—No. La prioridad es la toma de la base de la Guerrilla —dice Geena.

—¡Dios! ¿es que todos aquí son estúpidos? Son la agencia de inteligencia y no se dan cuenta. Irse a meter a las montañas es un suicidio estúpido y sin sentido. Si La Guerrilla estuviera aliada con El Cirujano no hubieran secuestrado a María. El Cirujano hubiera orquestado la fuga de Ian Fawkes.

María. No la Fiscal Hernández. Sino María.

McGill se carcajea. 

—O nosotros somos estúpidos o tú te cagaste en los pantalones con solo imaginar que irás a territorio guerrillero.

Matt se pone rojo. 

¡PLAHS!

El puño de Matt se estrella en el rostro de McGill. Lo hace retroceder unos centímetros.

No creí que tuviera tanta fuerza. ¿O es su instinto de protección? ¿está así por María?

La nariz de McGill es una cascada de sangre.

McGill examina su propia sangre. La furia se dibuja en su rostro. Su puño se prepara como un torpedo. Destrozará a Matt con su poder. 

Lo lanza.

No lo permitiré. Bloqueo su puño con una patada a su antebrazo.

Mierda. Que fuerza tiene. Pero no dejaré que dañe a Matt. Concentro toda mi fuerza en la tibia. Y el brazo de mi superior es empujado hacia atrás. Como un torpedo desarmado. 

—Si lo tocas eres hombre muerto —digo.

Geena suspira, cansada.

No le queda de otra que autorizar el apoyo a la ASI en el secuestro de María Hernández 

De camino al ASI Matt escucha unas videos en la red donde el líder Guerrillero pronuncia elocuentes discursos.

María fue quien dirigió la investigación en su contra.

Llegamos a la casa de la mamá de María.

Nos recibe El Director Baker.

Y el agente Bloom nos pone al tanto. 

—Llamaron hace como una hora. Y dijeron que teníamos cuatro horas para liberar a Ian Fawkes o matarían a la Fiscal.

—¿No tienen grabaciones del secuestro? —pregunta Matt.

—Sí. Dos encapuchados la subieron a una Bang en la salida del Ministerio Público. Los seguimos por las cámaras viales. Salieron de la ciudad con rumbo a las montañas.

—Diana, tú y yo podemos ir a las montañas. Sé que con tu sexto sentido podemos encontrarla.

—Podemos intentarlo —digo. 

—La Guerrilla es muy fuerte —dice McGill—. No puedes ir tú sola, Diana.

—No podemos ir con un batallón de la AIE, nos detectarán y la matarán.

—Primero, usted no le da órdenes a mis agentes, Señor Gillen. Y segundo, no pondré en riesgo a uno de mis mejores agentes por algo que podemos solucionar de otra forma.

Matt maldice. Saca un cigarrillo y un encendedor de su chaqueta.

—¿Matt, vas a volver a fumar?

—Diana, necesito calmar mis nervios.

—Sí, claro.

La llama del encendedor me quema el corazón. Dijo que ya no necesitaba fumar porque me tenía a mí.

—Es peor de lo que pensaba —dice Matt—. Usan máscaras. ¿Para qué usan máscaras si ellos se creen héroes? Artistas bélicos. Los artistas quieren crédito.

—Por Dios. Tenemos espías en nuestras agencias.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now