5

348 13 1
                                    


***

Es un idiota, piensa Diana.

Estoy en la Sala De Emergencias. Dicen que hay una pista sobre El Cirujano. 

Regresé a la Agencia por petición de Matt.

—¿Estás bien? ¿problemas con Matt?

Es Geena.

—Todo está  bien.

—Creemos que El Cirujano está  teniendo  acercamientos con La Guerrilla. 

—Eso es muy malo.

—Sí. Diana hay algo que me preocupa. 

—¿Qué?

—Tú  siempre has sido perspicaz. La mejor en tu promoción.  "La Sabueso". Pero en el último  mes no has aportado nada a esta investigación. 

—Bueno, El Cirujano es un criminal muy astuto. Apuesto que si hay una pista acerca de él  y La Guerrilla es porque  recibieron una llamada  anónima. Lo cual no es una pista confiable,  podría  ser un señuelo. 

—Sí, podría  ser. Otra cosa que podría  ser es que tu relación  con Matt esté  afectando tu "olfato detectivesco".

—Diana, —es Matt—. Tenemos que hablar.

—En un momento. 

—Diana, es algo importante —sus  ojos cargan el peso de la pena.

Geena se retira en silencio.

—¿Qué  pasa?

Matt busca en su mente, como si el repertorio de palabras se le hubiera agotado.

—Es probable que lo que tú  sientes por mí, no sea real.

—¿Qué?

—Sí, es probable que mientras te relacionabas conmigo bajaste tus defensas y yo te "hipnoticé".

—¿Tú me hipnotizaste? —digo molesta.

—No es que yo haya querido hacerlo. Lo he hecho por tanto tiempo que quizá  lo hice inconscientemente. Lo siento.

Sonrío. 

—¿Te disculpas por seducirme? Es tonto. La seducción solo es mala cuando se aparenta algo que no es, o eso creo.

—Diana, esa noche en el faro… No lo hiciste por tu propia voluntad.

—Sí. Sí  fue por mi voluntad. Me gustabas desde antes que nos viéramos frente a frente. Quizá, es posible que tu "hipnosis" me diera valor. Pero eso no importa. Lo que importa es lo que tú  sientes por mí. 

Sonrío. 

Con mi mano acaricio su mejilla.

Sonríe. 

Toma mi mano y la beso con tristeza. 

¿Qué pasa?

—Pero a mí  sí me importa. Creí  que lo nuestro era diferente.  Que no estabas conmigo por trucos psicológicos, creí  que tú te habías  fijado en mi interior. 

—Matt…

—Directora Shelly todo está listo —dice McGill. 

—Bien.

—¿Listo para qué? —pregunto.

—Diana, necesitamos información sobre El cirujano y La Guerrilla así que vamos a irrumpir en un campamento de La Guerrilla en las montañas. Por supuesto, ustedes dos tienen que venir —dice McGill.

—Entiendo. —me dirijo a Geena—: La Guerrilla es muy peligrosa, Matt no debería ir, no tiene entrenamiento militar.

Miro a Matt. Le molesta que hable por él. Me disculpo con la mirada.

—Pero es el único que puede combatir las habilidades del Cirujano.

—Descuide, Directora, —dice McGill—. Cómo mi mamá decía, si algo te da miedo mejor no lo hagas. Llevar un civil temeroso solo nos retrasará.

—Un día de estos te botaré todos los dientes  —dice Matt.

McGill se ríe burlón.

—Tengo algo —uno de los analistas se levanta de su escritorio, eufórico.

—¿Qué pasa? —dice Geena.

—Bueno, no sé si tenga algo que ver con El Cirujano. Pero la Guerrilla ha secuestrado a una Fiscal y quiere intercambiarla por por Ian Fawkes, el líder Guerrillero que guarda prisión.

Silencio.

Matt se sobresalta. Lo conozco. Tiene una idea aterradora.

—¿Cómo se llama la Fiscal?

—María Hernández —dice el analista.

Matt se lleva las manos a la cabeza. Maldice histérico.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now