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Silencio.

—¿No dirás nada?

Me encojo de hombros.

—No sé qué quieres que diga. Y no entiendo para qué fuiste a mi ex escuela.

Sonríe con amargura.

—Las maestras de ahí tienen la loca teoría de que eres un impostor y que asesinaste al verdadero Matthew Gillen.

Estallo en unas carcajadas actuadas.

—Viejas locas. ¿Soy un asesino solo porqué ya no soy tímido como en la escuela?

—Es difícil creer que tú una vez fueras tímido.

Maldición. Es como un perro con un hueso. Quisiera poder "persuadirla".

Decido dejar de fingir. Me pongo serio.

—No puedo "hipnotizarte". La única forma que alguien no caiga en mi hipnosis. Es que ese alguien me odie. ¿Por qué me odias?

Silencio.

—¿Sabes quién era mi padre?

—Sí, te investigué —agrego para disimular—. Tú padre era un Comisionado de policía.

—Así es. Y fue asesinado por un traficante de armas con el Alias de Don Russo. ¿Lo conoces?

La garganta me queda seca.

—No.

—Hay una investigación abierta en la AIE contra ti. Por complicidad con ese demonio. 

Silencio.

Las manos me tiemblan. Las escondo detrás de mí.

—No sabía que Los Ángeles De La Muerte en verdad existían. Y no los apruebo. Pero si descubro que tú en verdad tienes que ver con el asesino de mi padre.

Avanza hacia mí. Su mano derecha simula una pistola. Y su dedo índice y medio se clavan en mi frente.

Las lágrimas caen por sus mejillas.

—Lo haré. Te lo prometo —sentencia.

Pasa de lado. Abre la puerta y se marcha.

Saco mi cigarrera. Me coloco un cigarrillo en la boca. Lo enciendo.  Inhalo. Exalo. 

Las chicas en tolla entran y me rodean. Se frotan contra mí con sus cuerpos entrenados hasta la perfección.

Pero mi pene no reacciona. Es como si Diana lo hubiera aplastado con un martillo.

Mi mano coge el celular. Llamo a los estudios.

Mi manos abren la puerta corrediza del microbús que he llamado.

—Danos la nalgada de la buena suerte.

Mi mano nalguea a seis futuras actrices que van rumbo al estudio.

Mi mano está en el timón de mi auto. Unos minutos después, abre las puertas del museo. Unos segundos más tarde presiona el botón de un ascensor.

Llego al búnker.

—Ella lo sabe todo —espeto.

Miénteme A Ver Qué  Te PasaWhere stories live. Discover now