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De: Elena Lincoln
Para: Vanesa Martín
Asunto: Fin de semana

Vane, trabajas demasiado. ¿Qué te retiene en Elche? ¿Negocios?

ELENA LINCOLN .

¿Se lo cuento? Si lo hago, me llamará al instante para hacerme
preguntas, y todavía no estoy preparada para compartir las experiencias de este fin de semana. Le contesto con un breve correo en el que le digo  que se trata de negocios, y retomo la lectura del informe.

Andrea me llama a las nueve y repasamos la agenda.
A las horas después tocan la puerta.

—Hola. —Espero que mi voz no delate mi decepción.

—Le traigo la ropa, señorita Martín—dice sole con suma educación.

—Adelante. ¿Te importaría colgarla en el armario? Estoy pendiente de
una multiconferencia.

—Por supuesto, señorita.

Entra en la suite sin perder tiempo, con un par de bolsas para trajes y una de deporte, más grande.

Cuando regresa, todavía estoy esperando la llamada.

—sole, creo que no voy a necesitarte estos próximos dos días. ¿Por qué no aprovechas para ir a ver a tu hija?

—Es usted muy amable, señorita, pero su madre y yo… —Se interrumpe,
incómoda.

—Ah. De modo que así están las cosas, ¿no? —pregunto.

Asiente con la cabeza.

—Sí, señorita. Tendré que hablarlo con ella.

—De acuerdo. ¿Mejor el miércoles, entonces?

—Lo preguntaré. Gracias, señorita.

—¿Hay algo que pueda hacer?

—Ya hace suficiente.

No quiere hablar del tema.

—De acuerdo. Creo que me hará falta una impresora, ¿puedes
encargarte tú?

—claro.

Asiente de nuevo y cierra la puerta con suavidad mientras yo me quedo
con el ceño fruncido. Espero que su ex mujer no esté haciéndole la vida imposible. El coste de la educación de la niña corre de mi cuenta como incentivo adicional para que sole se quede a mi servicio. Es una buena chica, y no quiero perderla.

El teléfono suena; se trata de la
multiconferencia con Ros y el senador Blandino.

La última llamada acaba a las cinco y veinte de la tarde. Me estiro en la silla, pensando en lo productivo que ha resultado el día. Es increíble lo mucho que he adelantado sin estar en el despacho. Solo me quedan por
leer un par de informes para dar la jornada por terminada. Contemplo el claro cielo crepuscular por la ventana y mis pensamientos se desvían hacia cierta sumisa potencial.

Me pregunto cómo le habrá ido en su trabajo, poniéndoles precios a las
bridas para cables y midiendo metros de cuerda. Espero poder utilizar todo eso con ella algún día, una idea que me hace evocar imágenes de Mónica atada en mi cuarto de juegos. Me recreo con ellas unos momentos… y le
envío un correo rápido. Toda esta espera, el trabajo y el envío de e-mails me pone nerviosa. Sé muy bien de qué forma me gustaría liberar toda esta tensión acumulada, pero tengo que conformarme con salir a correr.

De: Vanesa Martín
Para: Mónica Carrillo
Asunto: Trabajar para ganarse la vida

Querida señorita Carrillo:
Espero que haya tenido un buen día en el trabajo.

Vanesa Martín.

Me cambio y me pongo la ropa de salir a correr. Sole me ha traído
dos pares más de pantalones de chándal, aunque estoy segura de que ha sido cosa de Gail. Compruebo el correo electrónico de camino a la puerta.
Ha contestado.

De: Mónica Carrillo
Para: Vanesa Martín
Asunto: Trabajar para ganarse la vida

Señorita… He tenido un día excelente en el trabajo.
Gracias.

Moni

Pero no ha hecho los deberes. Le respondo con otro e-mail.

De: Vanesa Martín
Para: Mónica Carrillo
Asunto: ¡A trabajar!

Señorita Carrillo:
Me alegro mucho de que haya tenido un día excelente.
Mientras escribe e-mails no está investigando.

Vanesa Martín.

Y en lugar de salir de la habitación, aguardo su respuesta. No me hace esperar demasiado.

De: Mónica Carrillo
Para: Vanesa Martín
Asunto: Pesada

Señorita Martín: deje de mandarme e-mails y podré empezar a hacer los deberes. Me gustaría
sacar otro sobresaliente.

Moni

Suelto una carcajada. ¡Sí! Ese sobresaliente podría haber sido una matrícula de honor. Cierro los ojos y vuelvo a ver y a sentir sus labios en mi sexo.
Joder…

Hago entrar en vereda a mi cuerpo descarriado, le doy a la tecla de
«Enviar» de mi mensaje de respuesta y espero.

De: Vanesa Martín
Para: Mónica Carrillo
Asunto: Impaciente

Señorita Carrillo:
Deje de escribirme e-mails… y haga los deberes.
Me gustaría ponerle otro sobresaliente.
El primero fue muy merecido. ;)

Vanesa Martín.

Esta vez no me responde inmediatamente, por lo que me doy la vuelta y decido irme a correr, con cierta sensación de abatimiento. Sin embargo,
estoy abriendo la puerta cuando el tono de mensaje entrante me arrastra junto al ordenador.

De: Mónica Carrillo.
Para: Vanesa Martín
Asunto: Investigación en internet

Señorita Martín:
¿Qué me sugiere que ponga en el buscador?

Moni.

¡Mierda! ¿Por qué no habré pensado en ello? Podría haberle dado
algunos libros. Me vienen muchas páginas web a la mente, pero no quiero asustarla.
Tal vez lo mejor será empezar con las más vainilla…

De: Vanesa Martín
Para: Mónica Carrillo
Asunto: Investigación en internet

Señorita Carrillo:
Podría comenzar buscando fotos de mis tetas, luego ya Wikipedia.
No quiero más e-mails a menos que tenga preguntas.
¿Entendido?

Vanesa Martín.

50 sombras de Martín (v) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora