29

569 35 6
                                    

¡En eso también llevas razón! Y acabo de darme cuenta de que esta es la primera vez que no he tenido que preocuparme por el historial sexual de una compañera de cama. Bueno, esa es una de las ventajas de tirarse a una virgen.

8: Puedo dejarlo en cualquier momento si creo que no te ciñes a los límites acordados. De
acuerdo, eso me parece muy bien.

Espero que no lleguemos a ese extremo, pero tampoco sería la primera vez que pasa.

9: ¿Obedecerte en todo? ¿Aceptar tu disciplina sin dudar? Tenemos que hablarlo.

11: Período de prueba de un mes, no de tres.

¿Un mes? Es poco tiempo. ¿Hasta dónde podríamos llegar en nuestros
juegos en tan solo un mes?

12: No puedo comprometerme todos los fines de semana. Tengo vida propia, y seguiré
teniéndola. ¿Quizá tres de cada cuatro?

¿Y entonces podrá relacionarse y salir con otros hombres y mujeres? Se dará cuenta de lo que se está perdiendo… No tengo muy claro ese punto…

15.2: Utilizar mi cuerpo de la manera que consideres oportuna, en el sexo o en cualquier otro
ámbito… Por favor, define «en cualquier otro ámbito».

15.5: Toda la cláusula sobre la disciplina en general. No estoy segura de que quiera ser
azotada, zurrada o castigada físicamente. Estoy segura de que esto infringe las cláusulas 2-5.
Y además eso de «por cualquier otra razón» es sencillamente mezquino… y me dijiste que no
eras una sádica.

¡Mierda! Sigue leyendo, vane...

15.10: Como si prestarme a alguien pudiera ser una opción. Pero me alegro de que lo dejes tan
claro.

15.14: Sobre las normas, comento más adelante.

15.19: ¿Qué problema hay en que me toque sin tu permiso? En cualquier caso, sabes que no
lo hago.

15.21: Disciplina: véase arriba cláusula 15.5.

15.22: ¿No puedo mirarte a los ojos? ¿Por qué?

15.24: ¿Por qué no puedo tocarte?

Normas:
Dormir: aceptaré seis horas.
Comida: no voy a comer lo que ponga en una lista. O la lista de los alimentos se elimina, o
rompo el contrato.

Vaya, eso sí que va a ser un problema…

Ropa: de acuerdo, siempre y cuando solo tenga que llevar tu ropa cuando esté contigo.

Ejercicio: habíamos quedado en tres horas, pero sigue poniendo cuatro.

Límites tolerables:

¿Tenemos que pasar por todo esto? No quiero fisting de ningún tipo.
¿Qué es la suspensión? Pinzas genitales… debes de estar de broma.

¿Podrías decirme cuáles son tus planes para el miércoles? Yo trabajo hasta las cinco de la
tarde.

Buenas noches.

Moni

Su respuesta me supone un alivio enorme. La señorita carrillo ha pensado y analizado detenidamente todo esto, más que cualquier otra de las mujeres a las que les he presentado este contrato. Se ha comprometido de
verdad. Parece tomárselo muy en serio, y tendremos mucho de que hablar el miércoles. La incertidumbre que he sentido esta tarde al salir de su
apartamento está remitiendo. Aún hay esperanza para nuestra relación, pero primero… necesita dormir.

De: Vanesa Martín
Para: Mónica Carrillo
Asunto: Objeciones

Señorita carrillo:
Es una lista muy larga. ¿Por qué está todavía despierta? Debería estar durmiendo hace horas.

Vm

Al cabo de unos minutos, su respuesta aparece en mi bandeja de entrada.

De: Mónica carrillo
Para: Vanesa Martín
Asunto: Quemándome las pestañas

Señorita:
Si no recuerdo mal, estaba con esta lista cuando una obsesa del control me interrumpió y me
llevó a la cama.
Buenas noches.

Moni

Su e-mail me provoca grandes carcajadas, pero también me irrita
enormemente. Es mucho más descarada por escrito y tiene un gran sentido del humor, pero esta mujer necesita dormir.

De: Vanesa Martín
Para: Mónica carrillo
Asunto: Deja de quemarte las pestañas

MÓNICA, VETE A LA CAMA.

La obsesa del control.
Vm.

Pasan unos minutos y, cuando me convenzo de que por fin se ha ido a la cama intimidada por las mayúsculas de mi mensaje, me dirijo al dormitorio. Me llevo el portátil por si me responde otra vez.
Cuando me meto en la cama, cojo mi libro y me pongo a leer. Media
hora después me doy por vencida. No logro concentrarme; mi cerebro
vuelve una y otra vez a Mónica, a cómo ha estado esta noche, y también a su e-mail.
Tengo que recordarle qué es lo que espero exactamente de nuestra
relación. No quiero que se haga una idea equivocada. Ya me he apartado
demasiado de mi objetivo.
«¿Vendrás a echarle una mano a Mónica con la mudanza?» Las palabras de patricia me recuerdan que alguien tiene unas expectativas poco realistas.

Pero ¿no podría ayudarlas con la mudanza?
No. Basta ya, Vanesa .

Abro el portátil y vuelvo a leer su e-mail de «Objeciones». Tengo que
rebajar sus expectativas e intentar encontrar las palabras adecuadas para expresar cómo me siento.
Por fin, me viene la inspiración.

50 sombras de Martín (v) Where stories live. Discover now