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Se muestra aún más dudosa y mira al suelo.
Puedo notar que está totalmente nerviosa.

—Creo que no es buena idea —dice, misteriosa, mientras abro el
pestillo de la puerta.

¿Por qué? ¿Porque ahora sabe que de niña era pobre? ¿O porque sabe
cuánto me gusta follar y que soy un bicho raro?

—¿Te avergüenzas de mí?

—¡No! —exclama, y pone los ojos en blanco, exasperada—. ¿Y cómo te
presento a mi padre? ¿«Esta es la mujer que me ha desvirgado y que
quiere mantener conmigo una relación sadomasoquista»? No llevas
puestas las zapatillas de deporte.

¿Zapatillas de deporte?
¿Su padre pretenderá perseguirme? Y así, con un comentario absurdo,
le aporta un poco de humor a la situación. Mis labios se curvan y ella me
devuelve la sonrisa; su rostro se ilumina como un amanecer estival.

—Para que lo sepas, corro muy deprisa —replico, juguetona—. Dile que
soy una amiga, Mónica.

Abro la puerta y la sigo afuera, pero me detengo cuando llego a la
altura del rector y de sus colegas. Todos se vuelven en bloque y miran a Mónica, pero ella ya ha desaparecido dentro del auditorio. Luego fijan sus miradas en mí.
Mónica y yo no somos de su incumbencia, señores. Pero aún así para molestarlos pasé mi dedo índice y mi pulgar por mis labios y luego me acomodé el cabello. Que piensen lo que quieran.
Saludo breve y cortésmente con la cabeza al rector, y él me pregunta si
deseo conocer a algunos colegas más y aunque no quisiera debía decir que si por cortesía.

—Encantada —contesto.

Tardo treinta minutos en conseguir escapar del grupo de académicos y,
cuando empiezo a alejarme de la atestada recepción, Patricia aparece a
mi lado. Nos dirigimos al gran pabellón entoldado que han montado en el
césped y donde los licenciados y sus familiares celebran la ocasión con
una copa.

—Bueno, y ¿has invitado a Moni a cenar el domingo? —pregunta.

¿El domingo? ¿Le ha comentado Moni que nos vemos los domingos?

—En casa de tus padres —especifica.

¿Mis padres?
Veo a Mónica.
Pero ¿qué coño…?

Un tipo alto y que parece como recién salido de una playa la está toqueteando por la cintura. Tan cerca que me irrita.

¿Quién cojones es ese? ¿Es por eso por lo que no quería que viniera a
tomar una copa?

Mónica alza la mirada, capta mi expresión y palidece mientras su compañera de piso se detiene al lado del tipo en cuestión.

—Hola, Jesus —dice Patricia, y besa al hombre que está al lado de Mónica, de mediana edad y ataviado con un traje que le sienta fatal.

Debe de ser el padre.

—¿Conoces a la novia de Mónica? —le pregunta Patricia—. Vanesa Martín

¡Novia!

—Señor Carrillo, encantada de conocerlo.

—Señorita Martín—dice él, algo sorprendido.

Nos estrechamos la mano; la suya es firme, y sus dedos y su palma tienen un tacto áspero. Este hombre trabaja con las manos. Entonces lo recuerdo: es carpintero. Sus ojos castaño oscuro no delatan nada.

—Y este es mi hermano, Ethan—dice Patri presentándome al chulito de playa que rodea a Mónica con un brazo.

Mascullo su nombre al estrecharle la mano y noto que es suave, a diferencia de la de el padre de Mónica. Su vista bajó de mis ojos a mi cuerpo y me acerqué a Mónica.

Y ahora deja de sobar a mi chica, capullo.

—Moni, cariño —susurro.

Le tiendo una mano y, como la buena chica que es, la acepta y se acerca
a mí. Se ha quitado la toga y lleva un vestido de un color gris pálido con la
espalda descubierta que deja a la vista sus hombros perfectos.

Dos vestidos en dos días. Me está malcriando.

—Ethan, mamá y papá quieren hablar con nosotros —dice patri, y se
lleva con ella a su hermano.

Gracias por llevártelo. Al fin haces algo bien.

—¿Desde cuándo os conocéis, chicas? —pregunta el padre de Moni.

Cuando alargo el brazo para pasarlo por los hombros de Mónica, rozo con
el pulgar su espalda desnuda y ella se estremece. Le digo que nos vimos
por primera vez hace dos semanas.

—Nos conocimos cuando Mónica fué a entrevistarme para la revista
de la facultad.

—No sabía que trabajabas para la revista de la facultad, Moni —dice el
señor Carrillo.

—patri  estaba enferma —contesta ella.

50 sombras de Martín (v) Where stories live. Discover now