Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Samuel POV
Después de la noche increíble que la pasé con mi brujita, no quería separarme de ella, pero el deber me llama, tenía mucho trabajo en el banco y un día lleno de reuniones, pero antes de irme al banco, desayunamos juntos en la cama y volvimos a hacer el amor. Mi brujita es todo para mí, la quiero más que a mi vida.
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Estaba en mi oficina revisando unos documentos, cuando Valeria me dijo que una mujer quería hablar conmigo. Antes de obtener una respuesta, veo como entra en mi oficina sin ser invitada... No lo puedo creer, ¿Qué hace ella aquí? Le hago señales para que Valeria nos deje a solas.
Patricia: Hola Querubín... ¡Ay perdón! digo, hola Samuel, ¿Cómo te va? – Dijo, sentándose frente a mí, estaba vestida de manera muy provocativa, bueno como siempre se ha vestido, ahora que lo reparo bien, Patricia siempre se ha vestido de una manera muy vulgar. No tiene ninguna pisca de buen gusto o clase. Es muy diferente de mi brujita, ella sí es una mujer elegante, bella y con clase, es una princesa... Mí princesa.
Samuel: Yo muy bien, mejor imposible. Pero ¿Qué haces tú aquí? – Pregunté, alzando la ceja derecha.
Patricia: Me imagino... Bueno, como te dije anoche en el restaurante... Vine a verte porque necesito revisar mis cuentas, he tenido muchos gastos últimamente y necesito de un préstamo. - Dijo sonriéndome.
Samuel: Podrías haber tratado de eso con alguno de mis empleados, estoy muy ocupado, tengo una reunión muy importante en unos cuantos minutos. – Dije mientras seguía revisando los documentos que tenía en mis manos. La verdad es que, no tenía la más mínima voluntad de atenderla.
Patricia: ¿Porque no me quieres atender, Samuel? O es que... Te pongo nervioso? – Dijo, levantándose de la silla y acercándose a mí. – Es eso? Ya te cansaste de jugar a la casita con esa niñita insípida, y ahora deseas tener a una mujer de verdad en tu cama? – Dijo intentando besarme, yo la aparté inmediatamente, me levanté poniendo distancia entre nosotros la miré muy enojado.
Samuel: Escúchame bien, Patricia. ¡A mi mujer la respetas, me oyes! Entiéndelo de una buena vez que tú a mí no me interesas... Yo amo a mi esposa, ella es todo para mí, la amo más que a mi vida... Y nunca, escúchame bien, ¡Nunca he sido tan feliz! Hoy sí, tengo a mi lado una mujer de verdad, que me complace en todos los sentidos, una mujer que yo amo, admiro, que es mi pasión, mi adoración... Y que me vuelve loco, Andrea es todo lo que yo necesito para ser feliz, ella es la única mujer que yo deseo en mi vida y en mi cama... ¡Ahora lárguese de aquí! Que al contrario de usted, yo sí tengo mucho que hacer. - Dije enojado, mirándola a los ojos.
Patricia: Pero que ciego estás Samuel, veo que aún sigues embobado con la insípida esa... - Dijo enojada.
Samuel: Aquí la única ciega, eres tú! A ver, ¿Qué es lo que no entiendes? Ya le he dicho más de mil veces que yo no te amo. ¡Olvídame, déjame en paz! Y ni se te ocurra acercarse a mi mujer... No lo voy a permitir que sigas amargando nuestras vidas, como lo hacías antes... Pensé que de verdad te habías arrepentido... Pero veo que sigues siendo la misma interesada de antes, no has cambiado... Ahora que tienes problemas económicos me vuelves a buscar. - Le dije seriamente.
