Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Meses después...
El rancho Del Junco regresó al puesto de mejor rancho del país. El esfuerzo y el trabajo de la familia Gallardo Del Junco rindió muchos frutos y, en los negocios, todo iba muy bien. Cinco meses después del nacimiento de los mellizos, Andrea retomó su rutina como administradora del rancho Del Junco, además de ayudar a su marido en los asuntos del banco. A Andrea le encantaba su trabajo, se sentía realizada con la vida que tenía. Pero ahora, lo que más le gustaba hacer era estar con su marido y difrutar de la compañia de sus hijos, veía como crecían a cada día, era testigo de sus sonrisas, de sus cambios, de sus llantos cuando se enojaban por tener hambre o simplemente por llamar la atención de sus papás, estaba profundamente enamorada de sus cielitos. Los mellizos ya tenían siete meses de vida, se veían hermosos y muy saludables.
Andrea estaba en su habitación, terminando de arreglar las ropitas de sus mellizos, iban a visitar Samuel en el banco.
Andrea: ¡Ay, pero que hermosos están! – Dijo haciendo cosquillas en sus hijos. Los mellizos estaban sentaditos en la cama. – Que bueno que tú papá y yo, no tuvimos que ir a Madrid para la conferencia. – Dijo, no le gustaba para nada la idea de tener que viajar con sus hijos aún tan pequeños. Además de tener la posibilidad de volver a toparse con la fastidiosa de Catalina Soutomayor. Pero bueno, creo que tampoco volverá a pasar en el futuro, ya que hoy su padre me llamó para avisar que ya no va a seguir como inversionista del banco. - Es que no puedo apartarme de mis cielitos. – Dijo haciendo cosquillas en su hija, Almita se reía a carcajadas. – ¡Ay, no veo la hora que me llamen mamá! – Dijo ilusionada.
Nieves: Su carro ya está listo, señora Andrea. – Dijo con una sonrisa, entrando en la habitación.
Andrea: Gracias, Nieves. – Dijo. - ¿Ayúdame con estos pequeños, sí? – Dijo mirando a Nieves.
Nieves: Con mucho gusto. – Dijo. – El señor Samuel se va a poner contento con su visita. – Dijo mirándola con una sonrisa.
Andrea: Espero que sí. – Dijo sonriendo.
Nieves: La señora Irina llamó para avisar que la modista dijo que su vestido ya está listo. – Dijo.
Andrea: Irina está muy entusiasmada con la boda. – Dijo cargando a su hija en brazos.
Nieves: El señor Flavio también está muy ilusionado, no habla de otra cosa. – Dijo con Samuelito en sus brazos.
Andrea: Estos loquitos se merecen toda la felicidad, estoy segura que va a ser una linda ceremonia. – Dijo con una sonrisa. – No te preocupes con la cena, vamos a cenar en el rancho Del Junco. – Dijo, mientras bajaba las escaleras.
Financial Bank Houston
Samuel estaba revisando los proyectos aprobados en la junta directiva. Estaba feliz por haberse quedado en Houston con Andrea y sus hijos, no tenía ganas de viajar a Madrid para la conferencia y dio gracias a Dios cuando uno de los directores del banco se propuso a ir en representación del Financial Bank Houston.
