Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Cuando Samuel y Andrea llegaron a su casa con sus hijos, se depararon con una hermosa bienvenida organizada por Arturo, Don Felipe, Soledad y Fernández. Había flores por toda la casa, carteles y globos de aire. Arturito estaba cargando un ramo de rosas, Soledad tenía a la pequeña Beatriz en sus brazos, mientras Arturo organizaba el asado junto con su papá y Fernández, en el area de la alberca.
Cayetana: ¡Bienvenidos! – Dijo sonriendo cuando los vio entrar en la casa, con los bebés en sus brazos.
Andrea: Por eso se fueron tan rápido del hospital. – Dijo sonriendo, cargando a su príncipe.
Sofía: Te queríamos sorprender, brujita. – Dijo divertida .
Andrea: Y lo consiguieron! Que linda sorpresa, muchas gracias. – Dijo con una sonrisa.
Samuel: Gracias por tanto cariño. – Dijo, cargando a su princesita.
Don Felipe: Bienvenida a tu casa, mi niña. ¡Ahora déjame ver a estas preciosidades! – Dijo. Andrea y Samuel se acercan hacia Don Felipe. – Bienvenidos al fuerte, mis soldaditos! Soy tu bisabuelo, el General Don Felipe Belmonte. – Dijo sonriendo. – Tus hijos son hermosos, mi estrella. Felicitaciones a los papás! – Dijo divertido.
Andrea: Gracias abuelo. – Dijo sonriendo.
Samuel: Gracias, mi General. Ellos heredaron toda la belleza de la madre, estoy seguro. – Dijo mirando a Andrea con una sonrisa.
Flavio: ¡Ay, mijo! Pero me saliste todo un galán. – Dijo bromeando.
Irina: Y empieza el derroche de miel. – Dijo abrazada a su marido.
Don Felipe: Por lo que veo, tu marido está aún más enamorado de ti, mi niña. – Dijo divertido. Andrea sonrió.
Samuel: Así es, me enamoro cada día más de esta bella mujer. – Dijo mirándola a los ojos.
Arturito: Titi... - Dijo caminando hacia Andrea, estaba cargando a un ramo de rosas.
Andrea: ¿Son para mí? – Preguntó sonriendo.
Arturito: Sí. – Dijo risueño.
Andrea: ¡Ay, pero qué lindo detalle! Gracias, mi amor. – Dijo, besando su mejilla.
Sofía: Tenía que ser mi hijo. – Dijo orgullosa.
Flavio: ¡Es todo un Gallardo! – Dijo divertido. – !Así se hace, mi sobrino! – Dijo aplaudiendo el gesto del pequeño Gallardo Del Junco.
Verónica: Pero que lindos están mis sobrinos, ¡Felicitaciones, papás! – Dijo, mirándolos encantada.