Capítulo 51

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En la casa de Arturo y Sofía

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En la casa de Arturo y Sofía.

Arturito jugaba con sus papás, mientras Flavio estaba de lo más embobado mirando a su hija en los brazos de Irina.

Irina: Mira la puntualidad de esta pareja. - Dijo, cuando vio Samuel y Andrea.

Andrea: Buenas noches para ti también, Irina. – Dijo con ironía, mientras saludaba a Sofía y Arturo con un abrazo. – ¡Hola para ti también mi amor! ¿Me has extrañado? Dile que sí, dile que sí... - Preguntó, haciéndole cosquillas, mientras besaba sus mejillas, Arturito se reía a carcajadas. Samuel la miraba con ternura y admiración, él no tenía dudas de que Andrea iba a ser una gran mamá.

Sofía: Buenas noches, cuñado. – Dijo, llamando la atención de Samuel, mientras se acercaba para saludarlo.

Samuel: Sí... Buenas noches. Gracias por la invitación. – Dijo, con una sonrisa.

Sofía: Bueno, hemos estado bajo mucha tensión en los últimos meses... Nada mejor que compartir un rato y relajar. – Dijo.

Irina: Así es. – Dijo.

Flavio: Estoy de acuerdo con mi muñeca. – Dijo, besando la mejilla de Irina.

Andrea: ¿Y cuándo, no? Par de loquitos... Son tal para cual. – Dijo divertida, mientras se sentaba en el sofá, Arturito estaba sentado en sus rodillas, mientras jugaba con sus manitas. Samuel se sentó al lado de Andrea y empezó a jugar con Arturito.

Arturo: Bueno, voy por las cervezas! ¿Y ustedes muchachas? Qué van a querer?  – Preguntó.

Flavio: Para mi muñeca, agua o zumo. – Dijo.

Andrea: Yo voy a querer  una copa de vino tinto, por favor. – Dijo.

Sofía: Yo también voy a querer una copa de vino, mi amor. – Dijo. Unos minutos después Arturo regresó a la sala, trayendo las cervezas de sus hermanos y las bebidas de sus cuñadas. Arturo se sentó al lado de Sofía y empezaron a charlar muy entretenidos mientras esperaban la hora de la cena. - Ay, no! Pero, este niño se olvidó de nosotros, míralo. – Dijo divertida, mientras veía cómo su hijo se reía por los chistes de Samuel y Andrea.

Irina: Al parecer alguien aquí está celosa, eh? – Dijo divertida.

Andrea: Ay, no seas boba! Arturito es loco por ti. - Dijo sonriendo.

Sofía: Hermana, no sabes lo mucho que me alegra verte sonreír. – Dijo, mirándola.

Andrea: Qué te puedo decir? Bueno, es que me siento muy feliz. – Dijo, con una pequeña sonrisa.

Irina: ¿Y supongo que esa felicidad tiene un motivo, no? – Preguntó sonriendo.

Andrea: Pues... Sí. – Dijo, mirando a Samuel de reojo. Entonces, él le tomó la mano y entrelazó sus dedos con los suyos.

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