Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Días después...
Casa de Samuel y Andrea
Los días pasan, desde la ventana de su habitación Andrea veía como Samuel hacía sus terapias en la alberca, él estaba evolucionando muy rápido. En estos días, él no había vuelto a tratarla mal, ella podría decir hasta que Samuel estaba más amable, y no solo con ella, pero con todos a su alrededor, ya no lo veía tan enojado. Además, hubo otro pequeño acercamiento cuando Andrea lo ayudó en una sesión de fisioterapia.
Llegó el domingo, y hoy Arturito se quedaría a dormir en la casa de Samuel y Andrea.
Cuando Arturito vio a su tía, él abrió sus bracitos inmediatamente, Andrea sonrió y lo alzó en el aire, haciéndole cosquillas. Su sobrino se reía a carcajadas, estaban en su habitación. Arturito estaba jugando con sus carritos en la cama de Andrea, cuando Sofía habló.
Sofía: A ver, dime, ¿Cómo están las cosas con Samuel? – Preguntó, mientras la miraba con ternura. Andrea suspiró, mirando Arturito.
Andrea: Ay Sofí! Esto es muy difícil... Tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos de mí. – Dijo triste. - Por lo menos, en los últimos días él ha sido más amable, bueno algo es algo, no? - Dijo.
Sofía: Entiendo que estés triste. Pero tienes que cuidarte... Ya me enteré que casi no te alimentas, te la pasas trabajando... – Dijo, cuando Andrea la cortó.
Andrea: Yo estoy bien, Sofí. – Dijo, mirando a otro lado.
Sofía: No, no lo estás, pero no estás sola. Te queremos flaca, y nos preocupamos por ti. – Dijo, mirándola con ternura. - ¿Verdad, Arturito? Dile a tu tía que la quieres, mucho, mucho, mucho. – Dijo. Arturito se acercó, pasó sus manitas por el cuello de Andrea y la abrazó.
Arturito: Te quiiiielo titi. – Dijo.
Andrea: Yo también te quiero mucho, mi amor. – Dijo emocionada, mientras abrazaba a su sobrino, y llenaba su carita de besitos.
Sofía: ¿Ves? Pero si sigue así, me voy a poner celosa... Abrazo de oso! . – Dijo divertida, abrazando Andrea y Arturito.
Andrea: Gracias, hermana. – Dijo mirándola.
Sofía: Si quieres, me puedo quedar aquí contigo. - Dijo.
Andrea: No, ve con Arturo y aprovechen su noche libre. – Dijo sonriendo. – Voy a cuidar muy bien de este príncipe. – Dijo mirando a su sobrino.
Sofía: Gracias. Yo sé que sí. – Dijo sonriendo. – Mi amor, cuida mucho a tu titi, dale muchos besitos, abrazos y la haces reír... ¿Ok? – Preguntó. Arturito solo reía. – Mamá te quiere. – Dijo besándolo en las mejillas. – Y a ti también. – Dijo a Andrea.
Andrea: Te quiero mucho. – Dijo sonriendo, se abrazaron, y Sofía salió de la habitación.
Andrea: ¿Qué quieres hacer hoy? – Preguntó a Arturito. Su sobrino empezó a hablarle muy rápido. – Pues entonces, ¡A nadar en la alberca con la tía! - Dijo divertida, poniéndose de pie, cuando vio Nieves llegar a la habitación. – Ahora la tía va a cambiarse, te quedas con Nieves un momento, ok? – Preguntó mientras entraba en el baño. Andrea Puso un bikini rosado y un albornoz, y salió del baño. – Ya nos podemos ir. – Dijo, volviendo a la habitación.
