Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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En la mañana siguiente
En el hospital
Tener a mi mujer en mis brazos, llena mi alma de felicidad, veo como mi brujita abre sus ojitos hermosos.
Samuel: Buenos día, mi amor. – Susurró besando su frente.
Andrea: Buen día, amor. – Dijo sonriendo.
Samuel: Dime, ¿Cómo te sientes hoy? – Preguntó, mirándola a los ojos.
Andrea: Mejor que ayer. – Dijo.
Samuel: Me dijiste lo mismo ayer. – Dijo.
Andrea: Es porque es la verdad. – Dijo divertida.
Samuel: Brujita... - Iba a decir cuando ella me interrumpió.
Andrea: Ay, mi amor! Te estoy diciendo la verdad... Me siento mejor y, tus hijos también... ¿Verdad, mis amores? ¡Es cierto papá, no te preocupes! ¿Por qué no le das otro besito? – Dijo mi brujita cambiando su tono de voz. Pongo mi mano derecha en su vientre, mi brujita pone su mano por encima de la mía, no puedo evitar mi sonrisa, la beso en los labios dulcemente, para luego, besar su vientre.
Samuel: Bueno, si me están diciendo, les voy a creer! Pero, ustedes también tienen que cuidar mucho a su mamá. – Dijo, mi brujita acaricia mi pelo, vuelvo mi mirada hacia ella.
Andrea: ¿Ya te he dicho que te amo, Samuel Gallardo? – Preguntó dulcemente. Samuel sonrió divertido.
Samuel: Sí, muchas veces, pero hoy aún no has dicho. Aunque, todavía está en tiempo. - Dijo.
Andrea: Ay tonto... ¡Te amo! – Dijo tomándolo de la nuca para besarlo en los labios. - ¡Te amo! – Susurró entre un beso y otro. – ¡Te amo mucho! – Dijo mirándolo a los ojos.
Samuel: Y tú eres el amor de mi vida – Dijo, sin dejar de mirarla. Atrapé su rostro entre mis manos y la besé en los labios despacio. Unos cuantos besos después.
Andrea: ¿Samuel, te puedo pedir algo? – Pregunté.
Samuel: Lo que tú quieras mi amor. – Dijo.
Andrea: Me gustaría alejarme de todo, no sé, hacer un viaje a la playa. – Dijo.
Samuel: Me parece muy bien. ¿Por qué no salimos de vacaciones? – Preguntó.
Andrea: ¿Vacaciones? – Preguntó, alzando la ceja.
Samuel: Sí, ya sueño con una nueva luna de miel. Bueno, estuvimos unos días en la casa de la playa, pero no es lo mismo que salir de viaje por un largo tiempo. – Dijo con una sonrisa.
