Capítulo 50

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En la cocina

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En la cocina

Andrea POV

Me sentía feliz, puse mi copa de vino en la mesa y, prendí el radio. Estaba terminando de hacer la ensalada, cuando siento los brazos de mi marido alrededor de mi cuerpo, abrazándome por la espalda, sus labios besan mi hombro, mi cuello y mi mejilla.

Samuel: Hola, mi amor. - Susurró. Andrea sonrió, mientras acariciaba la nuca de Samuel con la yema de sus dedos.

Andrea: Samuel... - Dijo sonriendo, mientras se voltea para abrazarlo.

Samuel: Te extrañé mucho. – Susurró, mientras acariciaba su espalda.

Andrea: Y yo a ti. – Dijo, mirándolo a los ojos. Samuel se acercó para besarla dulcemente. – ¿Tienes hambre? – Preguntó después del beso.

Samuel: Mucha... Hasta voy a dejar la ducha para después. – Dijo divertido.

Andrea: Eso me parece muy bien. Así, compartimos la ducha! – Dijo, mirándolo divertida.

Samuel: ¿Te vas a bañar otra vez? – Preguntó, mirándola pícaramente.

Andrea: Bueno, si es contigo... Por qué no? – Preguntó, alzando la ceja derecha.

Samuel: Pues, si sigues mirándome así... Te voy a comer a besos. – Dijo. Samuel la cogió de la cintura, mientras Andrea se reía a carcajadas. Samuel se quitó la chaqueta y deshizo el nudo de su corbata.

Andrea: Ay, cómo te amo, mi loquito! – Dijo, mirándolo a los ojos.

Samuel: Pues, yo te amo más. – Dijo, mientras la cogía de la nuca y la besaba despacio. Andrea pasó sus manos alrededor del cuello de Samuel, mientras disfrutaba del beso. – Mucho más. – Susurró después del beso.

Andrea: Ven, mi amor. La cena ya está lista. – Dijo, tomando la mano de Samuel. Se fueron hacia el comedor.

Narrador

Estaban disfrutando del postre cuando Andrea comentó que su hermana ya sospechaba que algo estaba pasando entre ellos. Samuel le dijo que él no era capaz de disimular más de lo que ya estaba haciendo, y que tarde o temprano, alguien iba a descubrir que ellos estaban juntos. Entonces, Andrea le dijo que ya no quería más seguir ocultando su relación. Samuel no pudo contener la felicidad, esto es lo que él más quería hacer, gritarle al mundo lo mucho que él ama a esa mujer... Su mujer.

Samuel la ayudó a limpiar los platos y arreglar la cocina. Unos cuantos minutos después, se fueron a su habitación. Subieron por las escaleras cogidos de las manos.

Samuel: Ahora nuestra ducha. – Susurró, mientras la abrazaba por detrás. Andrea sonrió y se volteó, mirándolo divertida.

Andrea: Aún no... - Dijo mirándolo.

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