Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.
Dallas, Texas.
Dos semanas después
En el hospital
Hoy mi brujita tendría alta del hospital. Andrea ya tenía once semanas de embarazo, su pancita aún no se notaba mucho, pero me tenía encantado, me la pasaba acariciando su vientre y hablando con mis hijos, lo hacía siempre, hasta cuando estaba dormida. Salí a comprarle unas flores y cuando regresé a la habitación, la encontré mirandose al espejo. Estaba hermosa, llevaba puesto un vestido azul. Todo lo que se ponía le quedaba bien, pero el color azul la hacía lucir divina. La miré con una sonrisa.
Samuel: Te ves hermosa, mi amor. – Dijo, acercándose a ella.
Andrea: Samuel. – Dijo sonriendo, mientras se volteaba para verlo.
Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.
Samuel: Son para ti. – Dijo, entregándole el ramo de rosas.
Andrea: Gracias, mi amor. – Dijo sonriendo, oliendo el perfume de las rosas. – No puedo creer que voy a salir de aquí. – Dijo, con una gran sonrisa.
Samuel: Sí, y así podremos planear nuestro viaje. – Dijo.
Andrea: Antes de irnos, me gustaría conocer a las personas que me ayudaron. – Dijo.
Samuel: Claro que sí, yo te lo voy a llevar. – Dijo.
Andrea: Ya estoy lista... ¡Sácame de aquí, mi amor! – Dijo divertida.
Samuel: Aun no... Creo que te falta algo. – Dijo mirándola.
Andrea: ¿Ay, pero qué? Si ya estoy lista. – Dijo, mirándose al espejo. Samuel se acercó, sus miradas se encontraron en el espejo, Samuel sacó de su bolsillo la cadena de herradura de su mujer. - Mi cadena, pensé que me la había perdido. – Dijo sonriendo, volteándose para mirarlo a los ojos. – Gracias mi amor. – Dijo.
Samuel: Y ahora dame tu mano izquierda. – Dijo mirándola a los ojos, Andrea lo obedeció con una sonrisa. – Ahora sí, no te falta nada más. – Dijo Sonriendo. Poniendo su anillo de bodas.
