Capítulo 16 - Parte 2/2

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Andrea: Horacio no sé a que viniste, pero ¡Exijo que te largues de aquí! – Dijo enojada

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Andrea: Horacio no sé a que viniste, pero ¡Exijo que te largues de aquí! – Dijo enojada

Horacio: ¿Necesitas que Andrea lo defiendas nuevo rico? – Dijo, provocando.

Andrea: Tranquilo, mi amor. Ignóralo... Por favor. – Suplicaba Andrea. Agarrando el brazo de Samuel.

Horacio: !Eres un aprovechado! A ver, dime, ¿Cuándo piensas quedarte con la fortuna de Andrea? – Dijo. Samuel estaba muy enojado.

Andrea: ¡Ya basta! – Dijo, dándole una cachetada en Horacio que casi le voltea la cara.

Samuel: Brujita... - Dijo agarrándola por la cintura, abrazándola por detrás, intentando contenerla.

Andrea: ¡No voy a permitir que le hables así, me oyes! !Pero que diablos te pasa! – Dijo, muy enojada.

Horacio: Uy, tu maridito no se puede defenderse solo... Tiene que esconderse detrás de las faldas de su mujer. – Dijo mientras refregaba la mejilla golpeada.

Andrea: Dijiste bien, yo soy su mujer, !Así que respétalo! Ya te he dicho mil veces, sí quieres seguir siendo amigo de la familia, es hora que empieces a cambiar tu forma de ser, o te vas a quedar sin nadie a quien recorrer. ¡Que te largues de mi frente! – Dijo enojada

Samuel: Perdóname brujita, pero ya llegué a mi límite. – Dijo.

Horacio: Uy pero que miedo... - Dijo, cuándo de pronto Samuel le pega tremendo puñetazo. Haciéndolo caer en el suelo, donde siguió llenándole de golpes.

Samuel: No sabes las ganas que tenía de partirle la cara a este imbécil, ¿Que te pasa enano, aún no lo superaste? ¡Pues supéralo! Si te veo cerca de mi mujer otra vez, te vas arrepentir. ¡Ahora lárguese de aquí! – Dijo enojado.

Andrea: !Ya mi amor! Por favor, no vale la pena. – Dijo, agarrando el brazo de Samuel.

Horacio: ¡Tú a mí no me mandas, imbécil! Puede que ahora tengas dinero, pero nunca vas a dejar de ser un don nadie sin clase. – Dijo resentido, mientras escupe la sangre, tenía muchos moretones por la cara. Tuvo dificultad para ponerse de pie.

Samuel: Puede que sea todo lo que tú digas, pero a mí lo único que me interesa es ser el hombre que Andrea ama, y eso ya lo soy y desde mucho antes de tener dinero. Ella me amó mientras fui un simple obrero, incluso cuándo ella aún estaba contigo. Así que, puedes hacer el berrinche que sea, esto no va a cambiar el hecho que Andrea y yo, estamos casados y que nos amamos. Tú no vas a amargar nuestra felicidad. – Dijo.

Andrea: Así es, me enamoré de Samuel desde el primer día en que lo vi, a mí no me importa si él tiene o no dinero, Samuel es el amor de mi vida y si no puedes convivir con esto y aceptarlo como mi marido, no sé qué es lo que aún haces aquí, no voy a permitir que nadie lo haga sentirse inferior, porque él no es inferior a nadie, Samuel es el hombre más bueno y noble que he conocido en mi vida y yo lo quiero así exactamente como él es. – Dijo con sinceridad, mientras miraba seriamente a Horacio.

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