Capítulo Final - Parte III

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Andrea POV

Mi hijo Samu tenía en manos un ramo de rosas muy hermoso, casi de su tamaño, mi pequeño se veía tan gracioso. Aquellas eran las mismas rosas me regalaba Samuel. Miro a mi marido y veo como él se encoje los hombros y me sonríe. Estos dos eran tan parecidos y a cada día se notaba más. Samu se acercó y entregó el ramo a su papá. Miro a los carteles coloridos que decían: "Bienvenida a tu casa, hermanita Valentina!" "¡Las amamos!" Almita cargaba a uno de estos carteles, me hizo reír, porque sé que esto es obra de Samuel. "Bienvenida a tu casa, mami brujita!" lo miré y él volvió a sonreír, junto a mis hijos estaba mi mamá, mi abuelito, mis hermanas, mis sobrinos, mis cuñados, Fernández, Soledad y mi suegro José Antonio.

Andrea: ¡Qué lindo detalle! - Dijo con una gran sonrisa.

Samuel puso los bolsos de Valentina en el sofá. Mientras la familia se acercaba para saludar Andrea y la más pequeña de la familia Gallardo Del Junco. Los hermanos Gallardo les dicen: "enhorabuena" por la pequeña princesa y abrazan a Samuel y Andrea. Mientras las hermanas Del Junco no paraban de hacer mimos a su sobrina, Andrea hacía lo mismo con su sobrina Lorena. Las hermanas se saludaron con besos y abrazos. Cayetana abrazó a su hija muy emocionada y besó la cabeza de su nieta, ella le pidió para cargar a su nieta un ratito y Andrea puso su hija en los brazos de la abuela.

Cayetana enseñó su nieta por primera vez a Néstor, ya que él tuvo que irse a un operativo después de la fiesta de Don Felipe y no pudo acompañar a Cayetana en el hospital. Cayetana se sentó en una de las sillas, mientras Arturito y Beatriz se acercaban para conocer a su nueva primita. Andrea se sentó en el sofá, mientras recibía las felicitaciones de su abuelito por su hermosa familia. Su marido se sentó junto a ella en el sofá, tomando su mano, mientras charlaban muy sonrientes con Soledad y José Antonio que estaban embobados con la pequeña Valentina. Pablo y Verónica estaban felices porque pronto también les tocaría el milagro de la vida, ya que Verónica estaba embarazada de su primer hijo. Ella tenía tres meses de embarazo.

Sus mellizos se acercan, sentándose cada uno en las rodillas de sus papás.

Samu: Te íbamos a traer serenata, mamá. Pero mi abuelita no lo dejó. - Dijo, sentado en las rodillas de su papá, mirando a su mamá, mientras le hacía pucheros.

Almita: Claro, para no asustar nuestra hermanita. Te lo dije Samu, esto no era una buena idea. - Dijo en las rodillas de su mamá.

Samu: Pero mi papá siempre le lleva serenata a mi mamá... A ella le gusta tanto que hasta le brillan los ojitos. - Dijo, mientras Andrea miraba a Samuel con una sonrisa. Sus chicos eran tan dulces y bellos con ella. Siempre con todos estos detalles tan hermosos.

Almita: Pero tú no eres mi papá, así que no seas tan presumido, ¡Niño mugroso! - Dijo.

Samu: Pero yo soy igualito a él, ¡mi mamá me lo dijo! No seas amargada, ¡niña bruja! -Dijo.

Junto a tiWhere stories live. Discover now