Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Meses después...
En el Rancho Gallardo Del Junco,
Casi toda la familia está en la celebración del primer cumpleaños de los mellizos, de Samuel y Andrea.
Flavio, Irina y la pequeña Beatriz aún siguen en su viaje alrededor del mundo, como lo había prometido todos los días hablaban con su familia para decirles cual exótico destino habían conocido, estaban disfrutando mucho de su largo viaje.
Cayetana estaba muy entusiasmada con los preparativos del primer cumpleaños de sus nietos, el rancho Gallardo Del Junco estaba listo para la celebración, la abuela se encargó para que todo estuviera perfecto, aunque Andrea y Samuel ya habían cuidado de cada detalle.
Arturo y Sofía estaban ayudando en la organización del festejo, mientras Arturito jugaba con el abuelo en la silla de ruedas.
Sofía: No sé quién es más niño. – Dijo sonriendo, mientras miraba a su hijo y su abuelo.
Cayetana: Tu abuelo, por supuesto. – Dijo poniendo los ojos en blanco. – Papá no puedes hacer eso, es una silla de ruedas y no un F1. – Gritó cuando lo vio empezar una carrera con la silla de ruedas.
Arturo: El general Belmonte sabe divertirse. – Dijo sonriendo.
Cayetana: Es el tequila... Él piensa que no lo vi esconder una botella en su silla más temprano. – Dijo negando con la cabeza. – ¡Papá, no se puede manejar borracho! Tienes a tu bisnieto contigo por el amor de Dios. – Gritó abriendo mucho a los ojos, mientras escuchaba las risas de Arturito.
Arturo: Pero en esa velocidad, él no le va hacer daño a una mosca. – Dijo divertido.
Don Felipe: Yo no estoy borracho Cayetana, solo estoy feliz por el cumpleaños de mis bisnietos. – Dijo ignorando los gritos de su hija.
Sofía: Oye, ¿Irina no ha llamado? – Preguntó cambiando la conversación.
Cayetana: No... Desde anoche no hablo con ella. Estaban en Nueva Zelandia. – Dijo.
Arturo: Flavio tampoco me a contestado las llamadas. – Dijo.
Sofía: Que pena, tenía la ilusión que ellos regresarían para el cumpleaños de mis sobrinos. – Dijo.
Cayetana: Aunque Andrea no ha dicho nada, yo sé que ella también quería mucho eso. – Dijo.
Arturo: Nosotros también. Ya hace muchos meses que estos loquitos se fueron en su viaje alrededor del mundo, además extraño mucho a mi sobrina. – Dijo.
Sofía: Sí, los extraño mucho. - Dijo algo triste. - Pero, bueno... Hablando de mi hermana, ¿Dónde está que no la veo por ningún lado? – Preguntó mirando a su alrededor.
