-Gracias por enviarme los dulces Niall, ¿O debería decir Daddy?
-Yo no envié los dul... Espera ¿Qué?
*Historia terminada y pendiente a corrección de errores*
Obra completamente mía, no se permiten copias, tampoco adaptaciones sin autorización previ...
Habíamos regresado del colegio junto a Jade, estaba abrumada y cansada, unos idiotas habían intentado levantarme la falda tres veces seguidas durante el receso, pero junto a Jade les habíamos dejado en claro que nos debían respetar.
Mi madre nos esperó con el almuerzo listo como siempre solía ser, encendimos la televisión y pusimos el canal de música porque nos gustaba almorzar escuchando música.
El teléfono de la casa sonó y mi madre atendió.
-Hola. Si. ¿Ahora? Es que... Tengo a las niñas. -mordió su labio nerviosa - De acuerdo, veré que hago. Adiós. -cortó la llamada y nos observó preocupada. -niñas....
- ¿Sucedió algo, tía? -Jade y yo la miramos intrigadas.
-Surgió una emergencia en el hospital y necesitan mi ayuda. ¿Podrán quedarse solas hasta que regrese?
-Claro mamá. ¿Tardarás mucho? -interrogue con interés. En aquel momento mi mente se había encendido. Alabada sean las emergencias.
-Supongo que unas horas, al parecer hubo un accidente de autos y hay muchos heridos. -Tomó su bolso y sus llaves. - No quiero que salgan ¿de acuerdo? -Ambas asentimos. - Las dejare encerradas con llave para que nadie entre.
-De acuerdo. -hablamos al unísono, luego de besar nuestras frentes, fue hacia la puerta.
-Las amo.-Nos despidió.
-Nosotras a ti. -la saludamos al unísono. Ella se marchó y miré a Jade con una gran sonrisa. -¡¡AHHH!! -Gritamos felices ambas y nos abrazamos.
-Prepárate para que tu Daddy te dé sus lecciones, niña traviesa- Jade me guiñó el ojo y luego me dio una nalgada.
- ¡Dios! ¡Estoy tan ansiosa! -sonreí feliz. - Ya quiero que venga. -Hablé emocionada. Marqué su número y luego de oír tres pitidos oí su voz.
-Hablé.
-Hola Daddy. -Mordí mi labio.
-Candy, no es momento para hablar. Daddy está trabajando. -Se lo oía algo molesto.
-Pero Daddy, mi madre se fue y no volverá por un largo rato. -hice un puchero. - pensé que querías.... ¿Hola? -miré el celular y vi que había cortado la llamada. - ¡PUES PÚDRETE! -lancé el celular y me tiré al sillón triste y frustrada.
- ¿No vendrá? -negué.
-Está trabajando. - Suspiré - pensé que le interesaba. Tal vez no le gustó mi mamada y ya no quiere ser mi Daddy.
-No digas eso.-Ella se sentó a mi lado y acarició mi hombro.
-Es obvio que no le gustó. Tu misma me dijiste que lo ayudaste y le gustó. -Hablé desanimada.
-Si pero...
-Nada, ya olvídalo. -Suspiré - Tal vez es momento de que Sweet Candy deba volver.
-Candy...-Ella intento convencerme pero la interrumpí.
-No me importa si tú no quieres, volveré a vender mi cuerpo por Internet. Tal vez así alguien me quiera follar. -Me fui de allí molesta y me encerré en la habitación con la música a volumen alto.
Saqué la caja debajo de la cama y saqué las prendas de lencería con la peluca.
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Publiqué la imagen y me observé en el espejo, sentía que el vacío volvía a mí. Todo mi pasado regresaba a torturar me y no podía soportarlo.
Comencé a llorar, no lo aguantaba. ¿Por qué los demonios debían regresar? ¿Acaso la maldición jamás acabaría?
Suspiré y me recosté en la cama, quería dormir y jamás despertar, solo quería calmar a los demonios de mi mente y sentir paz.
La música me serenaba y aún más la canción que sonaba, no importaba cual fuese, simplemente me calmaba.
Cerré mis ojos y suspiré, la música se apagó y gruñí con frustración.
-Jade, enciéndelo-Bufé, como no volví a oír la música gruñí molesta.- JODER JADE ¿POR QUÉ NO APAGAS TU MALDITO TRASERO?-me volteé y lo vi frente a mí con su mano en el reproductor de música.
-No creo que sean los modales de una niña buena Candy. -se acercó a mí y se sentó a mi lado, comenzó a acariciar mis piernas. - ¿Por qué volviste a esto nena? ¿Acaso quieres que me enoje? -subió su mano hasta mis muslos y comenzó a acariciar lento subiendo hasta mi trasero.
Yo simplemente lo alejé y me senté contra el respaldo molesta.
-No quiero verte -volteé mi cara y me crucé de brazos. -Vuelve a tu trabajo, imbécil.
-Nena, aquí estoy -se acercó y me tomó de la barbilla haciendo que lo mirara a los ojos. -dejé el trabajo apenas dijiste que estabas sola. Tuve que decir que Sander tuvo un accidente estomacal. -no pude evitar reír ante aquel comentario. - ven aquí. -Palmeó sus piernas y me senté sobre él. -Buena niña. -acaricio mi cabello. - te has portado mal al subir esa foto, bebé. -Abracé su cuello y el comenzó a delinear mis piernas con sus dedos, cada vez más acercándose a mi centro. -Te daré una advertencia, no quiero que vuelvas a subir fotos así. Si lo haces, la próxima vez tendré que castigarte. -Comenzó a besar mi cuello con fuerza y me tomó de la cadera, pegándome a su cuerpo aún más.
-Niall... -Gemí al sentir su mano acariciarme sobre la tela de mis bragas.
-¿Cómo me llamaste, Candy? -mordió el lóbulo de mi oreja y apretó su dedo contra mí.
-Lo siento... Daddy...-mordí mi labio y acaricie su mejilla, quería sus labios. - Daddy... Quiero un beso... -supliqué observando su boca, él mordió su labio y sonrió. Mi voz se oía débil, estaba desesperada y muy excitada.
-Ven aquí princesa. -me tomó de la nuca y me acercó a sus labios para besarme con fuerza.
Su boca domaba la mía a su antojo y se sentía tan bien.
-Daddy... -gemí al sentir su mano entrar en mis bragas y apretar mi feminidad con fuerza.
-Estas muy mojada, niña traviesa. -pasó su dedo entre mis labios y lo sacó para luego mostrarlo lleno de mis fluidos. - mira esto. ¿Necesitas a Daddy? -Asentí con desesperación y él sonrió. Se metió el dedo en la boca y se deleitó con mis jugos. -Mmm... Eres muy dulce, bebé. Daddy te dará de su paleta para que pruebes. -mordí mi labio ante su voz ronca.
