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~13 años después~

Niall POV

Llegue a la casa y la música se oía muy fuerte, mi cabeza dolía como los mil demonios. Suspiré frustrado y subí las escaleras, el suelo era un asco, bolsas de frituras, ropa sucia. Me agache y tome la lata, cerveza.

—James... —lancé la lata y caminé hacia su habitación, golpeé varias veces pero no oía contestación. Abrí la puerta y entre — ¡JAMES! —Lo miré y él se sobresaltó, negué con la cabeza al verlo desnudo, se tapó con las sábanas y camine hacia el reproductor de música.

— ¡PAPA! ¡NO PUEDES ENTRAR ASÍ A MI CUARTO! —apagué la música y le tiré sus boxers.

—La casa es un maldito desastre Horan! —lo miré mal

—Pues dile a Jade que lo limpie —lo miré mal.

— ¡TU TÍA NO ES TU MALDITA ESCLAVA! —El rodó los ojos y siguió viendo su celular, se lo arrebate y lo miré

— ¡OYE! ¡DEVUELVEME ESO!!

— ¿QUE DEMONIOS TE HE DICHO DE VER ESTOS MALDITOS INSTAGRAMS? —Lo miré mal.

—TU NO PUEDES DECIRME NADA, ¡ASÍ CONOCISTE A LA PERRA DE MI MADRE! —apreté mis puños y contuve mis ganas de golpearlo.

—TU NO SABES COMO FUE MI RELACIÓN CON TU MADRE JAMES HORAN ¡Y NO TE PERMITIRÉ QUE HABLES ASÍ DE NUESTRA RELACIÓN!

— ¡PUES ESTONCES DEVUELVEME MI CELULAR! ¡TAL VEZ ASI CONSIGA UNA NOVIA IGUAL QUE MAMÁ!

No dije nada, simplemente me di la vuelta y caminé hacia la puerta, me detuve y suspiré.

—Ordena tu maldito cuarto, estas castigado por dos semanas. —salí de allí sin nada más que decir.

Suspiré y mire el celular, Little Maddy. Oí la puerta y bajé las escaleras.

—Por dios, ¡que chiquero! —vi a Jade junto a Sander y Janet.

—esto es obra de James. —habló Sander. El pequeño era igual a su padre, mismos ojos, mismos labios, misma forma de peinar, su viva imagen.

—Si campeón —Acaricié su cabello — ¿podrías hacer que tu primo limpie su habitación? —el asintió y corrió hacia las escaleras.

— ¿Día duro? —mire a Jade y asentí. Mi celular no dejaba de sonar, Jade miró el celular que tenía en la mano y me lo saco. — ¿Es de James? —Asentí —Es igual a ti.

—Lose y eso me preocupa. —ella sonrió de lado

—Tal vez Little Maddy esté más cerca de lo que pensamos. —la miré al entender sus palabras y sonreí. —La extraño tanto...

—Yo igual. —trague saliva.

— ¡NIALLERCITO! —Suspiré al oír esa voz aguda, Jade me miró mal y sonreí asustado. Lucille corrió hacia mí y me abrazo llenando mi rostro de besos, Jade hacia caras de asco.

Había conocido a Lucille años después de Candy en una entrevista al equipo, James cree que Lucille es su madre, ella me dijo que sería buena idea ya que James era pequeño cuando Candy nos dejó.

Jade me odió eternamente por ello, incluso yo creía que era mala idea pero... Era lo mejor que podía hacer, estaba dolido y no sabía cómo criar a un niño solo.

—Amorcito, no sabes lo que conseguí —Jade imitaba sus palabras moviendo sus labios. — ¡Un tanga rosa! —Mostró el maldito tanga delante de Janet y Jade tapo sus ojos.

— ¡Amor! —La rete — guarda eso, esta Janet. —guardé esa cosa y suspiré.

—Mañana tengo que entrevistar a Ed Sheeran, ¿no es genial?

—Si... —Pobre Ed, Jade no dejaba de verme mal.

Jade tenía un profundo odio hacia Lucille, según su punto de vista Lucille era demasiado tonta, pero yo solo decía que era demasiado alegre aunque sabía que algo de razón tenía, pero aun así amaba a Lucille o al menos eso creía, ella había estado conmigo y me había saco de aquella depresión con su sonrisa.

Aunque jamás reemplazaría a Candy...

Candy POV

No. No. No. ¡No!

Corrí hacia la habitación donde estaba el maldito de Malcom y apagué la televisión.

— ¿QUIÉN DEMONIOS TE CREES PARA PROSTITUIR A MI HIJA POR UNA JODÍDA RED SOCIAL? —El me miro alzando una ceja — ¡TE RECUERDO MALDITO ENFERMO QUE NO TIENES DERECHO SOBRE ELLA! ¡ES MI HIJA! —Él se levantó y comencé a retroceder, me tomó de los hombros con fuerza y comenzó a enterrar sus dedos en mi piel —Ahhh... —me quejé apretando mis ojos

—Tú y ella me pertenece, ¿qué si no soy su padre? —Rio irónico —Soy lo único que tienen hace 13 años y ella creé que soy su papito querido, ¡así que puedo hacer lo que se me da la maldita gana! —me tiró al suelo y me miró con odio — además... Solo está siguiendo los pasos de mami. ¿No es así Candy? —sacó su cinturón y apreté mis puños, sabía lo que seguía pero me daba igual, siempre defendería a mi hija y no permitiría que ese bastardo arruine su vida.

— ¡Eres un maldito! —lo miré en llanto. — ¡ALGÚN DÍA ME LAS PAGARAS MALDITO ENFERMO!

El golpe impacto en mis piernas y mi grito resonó en la habitación, golpe tras golpes, poco a poco perdía la voz, no soportaba el dolor pero no tenía opción.

—Eres mía Candy —me levantó del suelo y me lanzó a la cama — tendré que enseñarte a respetarme otra vez.

—No... ¡No! ¡NO!¡ALÉJATE! ¡NO!...    


Maratón 1/3

Sweet Candy © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora