«39»

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Niall POV

Trague saliva y lo dude por un instante, suspire tomando el valor que necesitaba y golpeé la puerta.

Ella abrió, estaba usando solo una remera larga, su cabello despeinado y sus ojos hinchados y rojos, al parecer la había despertado o estaba llorando.

— ¿Niall? —Susurro mirándome — ¿Qué haces aquí? —cerro la puerta y salió del departamento.

—Deje a Sally —susurre con la mirada en el suelo. — resulta que me engañaba con los empleados del hotel. —hice una mueca y ella se cruzó de brazos mirándome con tristeza.

—Lamento eso. —suspiró y yo me encogí de hombros.

—Me di cuenta que no sentía nada por ella. —confesé. — solo fue una confusión.

—No sé qué decir con respecto a eso —me acerque a ella y corrí su cabello acomodándolo detrás de su oreja.

—Lamento haberte despertado.

—Estaba despierta. —mi celular vibro y mire, la notificación era deSweet Candy. La mire y ella suspiró — lo he vuelto a hacer...

 La mire y ella suspiró — lo he vuelto a hacer

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Suspire también y la mire, la tomé del mentón y la miré a los ojos. Le sonreí pícaro y a la vez con ternura, ella se sonrojo.

—Dime que llevas eso puesto en este momento. —mordió su labio y asintió con lentitud. —Joder... Candy...

La tomé de la cintura y la pegue a mi cuerpo. Mordió su labio sin despegar su mirada de la mía y eso me volvía aún más loco.

—Daddy... —susurró y mordí mi labio. Extrañaba tanto esa sensación que provocaba en mí al oírla llamarme de esa manera.

—Dilo otra vez bebe... —me acerque a sus labios y los rose.

—Daddy... —gimió en un tono más alto, abrazo mi cuello y la alce.

—Daddy está aquí pequeña. — La miraba con tanto deseo y ella no parecía resistirse. — y no te dejará ir. —ella sonrió para luego unir nuestros labios con fuerza.

Ambos lo anhelábamos, lo necesitábamos, yo la necesitaba conmigo, necesitaba su piel, sus labios... Ella era lo que necesitaba.

Fuimos hasta mi departamento sin romper el beso, en la puerta bajo sus labios a mi cuello mientras intentaba embocar la maldita llave.

Golpee un par de veces con el pie hasta que por fin se abrió. Sander no estaba por lo tanto tendríamos la habitación para nosotros solos.

La deje en el suelo con delicadeza y me separe a duras penas para dejarla cerrar la puerta. Volvió hacia mí y abrazo mi cuello, rodeé su cintura con mis brazos y volví a sus labios.

Baje a su cuello y ella me sacó mi camisa, sus manos me acariciaban con tanta delicadeza, me hacía sentir un idiota con algo tan frágil en sus manos.

—Niall... —gimió al morder su cuello. —Niall...Niall.... NIALL!!!

Reaccione de mi transe y parpadee varias veces. Todo había sido producto de mi retorcida mente.

Aún estábamos en el pasillo, ella me miró intrigada.

— ¿Te encuentras bien? —yo asentí.

—Lo siento yo... —intente aclarar mi voz. — estaba... Pensando...

—No me pregunto que será aunque tengo una idea. —rio por lo bajo.

— ¿Por qué lo dices? —la mire confundido, ella señaló mi pantalón y lo pude notar. — ¡Mierda!.. Yo... Candy... Lo siento —jamás me había disculpado por una erección, era demasiado extraño lo que ella causaba en mí.

—Tranquilo —mordió su labio — no me molesta saber que yo cause eso —rió y sonreí.

—Candy de verdad quiero disculparme por ser un idiota contigo. —tome su mano con delicadeza. — fui un idiota que se dejó llevar por algo que no existía.

—A veces no importa cuánto nos dañe esa persona, aguantamos el dolor con tal de no perderla. —me miro con una mueca, era una frase muy profunda.

—Lose, pero también debemos apartarnos de lo que no nos hace bien. —la mire a los ojos — para acercarnos a lo que en verdad nos hace feliz. —ella se sonrojo.

—Y tu... ¿Sabes que es lo que te hace bien? —preguntó tímida.

—Si. —Conteste y me acerque a ella y acaricie su mejilla — ahora lo sé perfectamente...

Sweet Candy © |njh|Where stories live. Discover now