Sweet Candy © |njh|

«98»

Candy POV

Desperté en una habitación de hospital, a mi lado estaba Maddy con sus ojos perdidos en sus manos, en la punta de la habitación se encontraba James y en la ventana se encontraba Niall.

Acaricie la mano de Maddy y ella me miró con sus ojos llorosos.

—Mami... —Le sonreí y ella me abrazó con cuidado. — estas bien...

—Mi pequeña... —mordí mi labio y ella seco mis lágrimas.

—Mamá... —trague saliva al oír a James, se acercó poco a poco hacia mí — tu... Eres mi verdadera mamá... —sus ojos estaban rojos y no dejaban de salir lágrimas de ellos.

—James... Yo...

—No hables... —trago saliva —por favor... —acaricio mi mano y sonreí. Maddy se apartó y el me dio un cálido abrazo, ambos sollozamos.

Tantos años habían pasado, mi pequeño James, aquel pequeño niño que llenaba mi vida de luz, ahora era un adolescente y me reconocía como su mamá.

Besé su mejilla y él apoyó su cabeza en mi pecho, acaricié su cabello y lo llené de besos.

—Lo siento mama... Lo siento... —sollozaba abrazado a mí.

—Yo lo siento mi niño... Lamento haberte dañado... —el me miró y sonrió.

—Jamás me dañaste mamá... Te fuiste con tal de protegernos... —sequé sus lágrimas y sonreí.

—Te amo James. —Lo abracé con todas mis fuerzas y el me correspondió.

—Candy... —me separé de James y mire a Niall. —niños...

—Si... —Habló James — nosotros... Ya nos vamos. —James y Maddy salieron de la habitación dejándonos solos.

—Se lo dijiste... —hablé mirándolo.

—Debían saber la verdad... No quiero que vuelvas a irte. —me miró a los ojos — sé que me odias por haberle mentido a James y sé que nada podrá hacer que me perdones pero quiero que sepas que jamás deje de amarte y si cometí errores fue porque no te tenia a ti para guiarme.—suspiró—Candy... Tu... Tú eras mi guía... Tú eras mi motivo de ser una persona de bien y sin ti... Yo me descarrile... Caí al vacío sin saber qué hacer, sin saber cómo salir, sin saber cómo seguir... Me deje guiar por las personas equivocadas y... Lo lamento... En verdad lo lamento. —suspire y tome su mano.

—No es tu culpa, tal vez fue lo correcto, yo tuve que engañar a Maddy también. —Lo miré a los ojos — Niall... Tengo miedo. No quiero regresar con Maddy pero... Sé que si no regreso... Él nos buscará y... No quiero imaginar de lo que es capaz.

—No dejaré que vuelvan! No me importa lo que tenga que hacer, no te dejare volver con él.

—Y qué hay de...

—Lucille.... Lose. Yo... Creí que la amaba pero... Jamás podré amarla como te amo a ti. —me miró a los ojos.

—No puedes dejarla... No es justo.

—Sé que no es justo pero... Tú eres mi verdadera mujer y no puedo estar con alguien si sé que mi corazón te pertenece y siempre lo hará. —apretó nuestras manos y se acercó a mi rostro. —No me quieras alejar Candy... Será peor...

—No te culpo por seguir con tu vida, era lo que deseaba para ti, jamás podría enojarme contigo porque en tu lugar... Tal vez hubiese hecho lo mismo...—Acaricie su mejilla y sonreí.

—Ven conmigo por favor... —trague saliva nerviosa. —Hablé con Lucille sobre esto... Ella... No lo tomo bien pero tampoco esperaba que lo hiciera...

—Niall no debiste...

—Si debía! —Me miró a los ojos —si debía hacerlo Candy, no me hagas esto difícil amor.

—Niall por favor... No puedo estar contigo... No quiero dañarlos, corren peligro. —mi mente era un caos, si volvía con Niall sabía que Malcom nos buscaría y nada lo detendría, pero no podía regresar, Maddy corría peligro. —Llévate a Maddy... Quédate con ella... Cuídala...

—No. No me la llevare, nos iremos todos o iré detrás de ese maldito a matarlo con mis propias manos. —Me miró serio — Soy capaz de hacerlo y lo sabes.

—No puedo arriesgarme, no dejaré que por mi culpa todos ustedes deban pagar.

—Pues yo no dejaré que regreses con él, eres mi mujer, no me importa si no tenemos un maldito papel o si tú no llevas mi apellido legalmente. Desde que te conocí estas marcada con mi nombre y no puedo perderte. Si tú te vas.... Yo... No podré resistirlo...

— ¡Niall por favor!

—Candy, escúchame bien, no dejaré que te vayas a ningún lugar que no sea a tu verdadero hogar. ¿Me oyes?