Sweet Candy © |njh|

«92»

Candy POV

Me acerque a la puerta de Maddy y toque dos veces.

— ¡Pase! —entré a la habitación y cerré la puerta detrás mío. —Hola mamá—mordí mi labio para contener el dolor que me causaba de ver a mi hija usando la misma ropa que debía usar yo.

— ¿Qué estabas haciendo pequeña? —me senté a su lado y ella sonrió viendo su celular.

—Veo los comentarios que me dejan en mis fotos mami. —sonrió muy feliz.

Mi pequeña niña, tan frágil e inocente, maldigo el día en el que Malcom quedó libre, mire los comentarios, tantos idiotas babosos.

—Hija... ¿Alguna vez...? ¿Tu padre te ha tocado? —ella me miró y negó. — nunca dejes que lo haga, no debes permitir que él te toque, ¿de acuerdo? —ella asintió.

—Nunca me ha tocado, pero me ha mirado mientras me pongo las lindas ropas que él me da. —maldije a los mil demonios por lo enfermo que estaba ese desgraciado.

—No creo que debas usar esas ropas hija, no son apropiadas para ti, pueden lastimarte.

—Pero él me dijo que tú también solías usarlas.

—Si pero... Cuando tenía más años, tu solo tienes 13 años amor. —Acaricie su mejilla y la mire a sus ojos, esos hermosos ojos azules.

—Mama... ¿Qué te sucedió en el labio? —toque mi labio y sonreí.

—Nada solo... Solo me golpe con la puerta. —la abracé con fuerza y bese su cabeza. —te amo tanto Maddy.

—Y yo a ti mami —me miró a los ojos —Eres la mejor. —seco mi lagrima y sonreí. —quiero ser como tu cuando crezca más.

—Serás mejor de lo que piensas bebe... —bese su frente. Ella volvió su vista a su celular y rio. — ¿Te enviaron un mensaje?

—Sí, es un chico tan guapo, se llama Carter JH. Es tan hermoso, mira la foto que me envió. -me mostró la foto y era el cuerpo de un joven que parecía de unos 15 o 16 años. Su habitación era azul y estaba bien trabajado. —Dijo que quiere ser mi Daddy, supongo que quiere ser mi papi, es muy lindo, yo quisiera que fuese mi novio.

La mire y suspire, la inocencia de mi hija era tan pura, era solo una niña, el maldito de Malcom le estaba arruinando la vida. Oí la puerta y apreté los puños.

—Cuídate cielo. —bese su frente y salí de su habitación.

Malcom había llegado, otro día de pesadilla volvía a empezar...

Niall POV

— ¡Horan! —mire a Jade quien estaba en la puerta de la habitación de James, me apunte intrigado y ella asintió— ¡Ven idiota! -susurro.

Me acerque y la mire raro.

— ¿Que sucede? —mire por el pequeño espacio y vi a James con Sander.

—Ella es Maddy, mi hermosa Babygirl. —Hablo James.

—Es muy bonita James. Pero... ¿Qué es una babygirl?

—Es como una novia pero con la que puedes divertirte.

—Yo quiero —sonrió Sander.

—Tu hijo está corrompiendo a mi pequeño —Hablo Jade con mala cara.

—Lo siento Jade, hablaré con él, no sabía que tenía una babygirl

— ¡Es tu hijo Niall! —suspire y me apoye contra la pared

—Lose, pero trabajo todo el día, llego tarde y cansado, tú y Lucille son las que se encargan de ellos, ya no tengo tiempo para disfrutar de mi hijo. —Ella suspiro.

—Lose, pero ya te lo he dicho, Lucille es una mala influencia, ella no es la madre de James.

—Pero es mi novia. —la mire a los ojos.

—Pero tú no la amas. —se cruzó de brazos —Niall... James odia con todo su ser a Lucille, merece saber la verdad, tiene 15 años, ya no es un niño pequeño.

—No puedo... No puedo decirle que su madre se fue... No puedo decirle que su madre mu... —mordí mi labio y aguante las lágrimas.

—Candy tuvo sus razones para dejarnos, pero no querría esto, ella jamás hubiese aprobado esto Niall. ¡Manchaste su nombre remplazándola con esa maldita perra! —la mire dolido. —Era mi prima, mi hermana del corazón y si se fue para no dañarnos lo menos que podemos hacer es respetar su herencia, tu hijo.... Su hijo. —trague saliva y suspire

— ¿Cómo se supone que le diré la verdad? Jamás lo entenderá.

—Solo es cuestión de tiempo. —mire por la puerta y vi a James, sonreía al igual que yo al ver las fotos de Candy aquel año que la conocí. Mi hermosa reina... —James no necesita lujos, necesita a su padre Niall.

La mire y ella se fue, volví a mirar a mi hijo y suspire, debía hacer algo, debía pasar más tiempo con él.