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Candy POV

Mordí mi labio al verlo sentado en el sillón tan relajado, sus brazos estaban en el respaldo y su sonrisa llena de picardía me volvían loca.

Me desabotone el gran saco que me cubría para quedar con la hermosa lencería que estaba usando única y exclusivamente para él.

El mordió su labio y su sonrisa se agrandó, amaba como sus hermosos ojos azules me comían con sólo una mirada.

— ¿Te gusta Daddy? —le Guiñe el ojo y el río con picardía.

—Me encanta nena —me acerque y me acomode entre sus piernas. — todo de ti me encanta. —puso sus manos en mi cadera y comenzó a bajar hasta mi trasero. — no puedo negar que me apetece mucho esto. — reí y abrace su cuello mirándolo a los ojos.

—Quiero jugar contigo Daddy. —mordí mi labio y me acerque a su cuello para dejar pequeños y húmedos besos.

—Joder nena... Aquí no... Esta Jade. — intentó sonar tranquilo pero por el contrario su voz salió ronca y llena de deseo.

—Entonces llévame a casa Daddy.... Llévame a tu casa para jugar. —mordí su cuello y el apretó mi trasero con fuerza.

—Joder... Vamos hermosa.

Me tomo de la mano y ambos corrimos entre risas a su departamento lo más rápido posible para que nadie nos viera.

Cuando llegamos cerró la puerta con llave y me tomo instantáneamente de la cintura para alzarme.

—Ahora sí, Daddy jugará contigo.

— ¿No te cansaras de jugar conmigo Daddy? —el negó y sonreí, mi corazón latía a mil por hora.

Estaba tan enamorada de aquel hombre frente a mí, estaba perdida en sus encantos.

—Jamás me cansaré de estar contigo hermosa. —Mordió mi labio — me vuelves loco nena y no te dejare ir.

—Nunca me dejes ir Daddy. —lo tome de las mejillas y lo bese con fuerza.

Sabía que para él era un simple beso pero para mí era lo que más quería, lo anhelaba, anhelaba que sintiese lo mismo que yo, anhelaba poder transmitir aquello que sentía por él.

Nos guío sin romper el beso hasta la habitación, ambos caímos a la cama y reímos.

Me acomode sobre su cuerpo y metí mis manos dentro de su camisa, acariciando su torso con delicadeza mirándolo con una sonrisa llena de deseos.

Me tomo de la cintura y mordió su labio al mover sus caderas generando fricción de nuestros sexos.

—Daddy... —jadee y él sonrió. — No me tortures así —hice un puchero.

—Me encanta que me digas Daddy mientras gimes hermosa. —Metió sus manos dentro de la minúscula falda que venía con el conjunto rosado de lencería. — me encanta como me calientas de esta manera bebe. —mordí mi labio y me recosté sobre el atacando su cuello.

Sus manos me apretaban con fuerza el trasero hasta que una de ella entró por la minúscula tela que me cubría y comenzó a indagar hasta llegar a mi centro.

Estaba tan mojada por la excitación que me causaba, el sonrió y siguió frotando sus dedos.

—Estas muy excitada, nena. ¿Quieres a Daddy verdad? —comenzó a meter su dedo y mi interior comenzó a apretarlo para retenerlo.

—Niall... —gemí al sentir como enterraba su dedo cada vez más en mí. — si mmm.... Te necesito mucho Daddy. —supliqué jadeando y el sonrió.

—Tendrás a Daddy entonces hermosa. —busco mis labios y me dio un pequeño y delicado beso.

Todo se me volvió oscuro, no podía creer que estaba despertando. Era horrible despertar de un sueño perfecto y ver la triste realidad en la que me encontraba.

Aún seguía desnuda atada a aquella cama, a mi lado Malcom roncaba como si de un tractor se tratase.

Aguante mis lágrimas y suspire, no podía creer que mi vida se había destruido en tan solo segundos. Nadie me podría salvar de las garras del maldito maniático. No tenía salida, mi única escapatoria era mi imaginación.

¿Acaso podría ser libre? ¿O terminaría mi vida allí?

Sweet Candy © |njh|Where stories live. Discover now