Sweet Candy © |njh|

«93»

Niall POV

—Bien familia, llegamos. ¡Los Angeles! —sonreí, Jade estaba cargada de bolsos, Lucille se limaba las uñas y los niños miraban todo el lugar a excepción de James quien tenía su vista en su celular. Me acerque y lo abracé por los hombros. — ¿Qué tal todo campeón?

—Niall, ¿podemos ir a la playa?

—Ya te he dicho que me digas papa James, soy tu padre.

—Como sea, quiero ir, quiero encontrarme con mi baby.

— ¿Esa chica vive aquí? —el asintió. —James no quiero que la toques, puede ser menor.

—Tú eres el menos indicado, la idiota de Lucille tiene 5 años menos y por desgracia es mi madre.

—No hables así de ella, respétala. —lo miré mal.

—Como sea, tengo una babygirl a la cual complacer. —corrió hacia las escaleras siguiendo a Sander y Janet.

—esto será más difícil de lo que pensé. —mordí mi labio.

— ¡QUE NO LUCILLE! ¡NIALL! ¡VEN A SACARME A TU JODÍDA PERRA EN CELO! —suspire al oír a Jade, camine hacia la cocina y vi a Lucille llorando.

— ¿Qué sucede aquí?

— ¡Niallercito!— corrió a mis brazos y me apretó con fuerza — ¡Jade no me quiere prestar el bikini rosa que encontré en sus maletas!

—Jade por favor... —ella me miro y me lo mostró, era el bikini de Candy, mi mente me hundió en aquel recuerdo.

"Se veía tan hermosa con aquel bikini rosado, entró al jacuzzi y relajo su cuerpo.

—Dios... Esto es vida. —mordió su labio.

—Te dije que te gustaría. —la atrajeron hacia mí y la acomode en mis piernas.

—Jamás me cansaré de entrar aquí contigo. —busco mis labios y me mordió. — me calientas tanto como este agua.

—dios nena... —la apreté a mi cuerpo.

—Mmm... Daddy..."

—Lucille ¿por qué no vas a comprarte uno? —le di mi billetera y ella salto de alegría

— ¡Dios te amo mi amor! —Me lleno de besos — ¡Adiós Daddy! — salió de la casa ay Jade guardo el bikini en su maleta.

— ¿Podría quedármelo? —me acerque y ella me miro.

—Ten —me lo dio — no quiero verlo puesto en el cuerpo de esa asquerosa rata.

—No lo hará, solo quiero un recuerdo... —ella sonrió

—Entonces tal vez quieras esto —saco aquella caja y sonreí, el brillo rosado, tenía algo de polvo pero aún se conservaba. —Sweet Candy está aquí dentro. Son las únicas cosas que Candy nos dejó. —apoye el bikini en la caja y la tomé. — Cuida como oro esa caja y si llego a ver esa ropa usada por la rata te juro que te la corto. —asentí y me fui a la habitación.

Deje la caja en el mueble y suspire, estaríamos un mes de vacaciones, quería pasar tiempo con mi hijo, quería ayudar a que mi familia sea feliz.

Candy POV

—Anda mami por favor, ¡déjame ir! —me miró con un puchero en los labios.

—No lo sé hija, que tal si no es ese chico, ¿qué tal si es un desconocido?

—Anda mamá, Carter no me mentiría. —suspire rendida ante las súplicas de Maddy.

—Iras, pero yo iré contigo, no dejaré que vallas sola.

—Ash, está bien. —suspiró. — ¡DIOS YA QUIERO CONOCER A MI DADDY! —sonrió dando saltitos

—Bien, alístate que iremos en 5.

Ella asintió y corrió a su habitación, suspire al pensar en lo que podía pasar, no dejaría que se aprovechen de la inocencia de mi hija, Malcom no arruinaría la vida de mi hija.

(...)

Caminamos por la arena unos metros, estábamos muy cerca del muelle, era un hermoso día, el mar me traigo tanta paz.

—No lo veo. —Habló Maddy mirando para todos lados, saco su celular y lo miro — no tengo señal, puedo ir hasta la casilla del salvavidas?

—No te alejes mucho, si lo llegas a ver no te mueves de allí—ella asintió y corrió feliz.

Miré el mar y suspire, la paz que sentía calmaba mi dolor. Aquel azul me recordaba aquellos hermosos ojos que hace 13 años no veía.

Aquellos ojos que solo veía por revistas o por televisión, aquel hombre que me había cautivado y al que tuve que dejar con tal de salvar su vida.

Mire a la casilla y vi a Maddy, un joven se acercó a ella, pelo rubio con raíces castañas, pantalones celestes con diseños de olas y una remera blanca.

Maddy me miro y me hizo señas para que me acercara, me acerque y vi a un hombre acercarse a ellos.

— ¡JAMES! —esa voz hizo temblar mi cuerpo, me saqué mis lentes y los vi

— ¿James? —Maddy lo miro intrigada, mire al joven y a ese hombre.

No podía ser cierto, rápidamente me di la vuelta y me cubrí con mi sombrero, no podía ser verdad, debía irme lo más rápido posible pero no podía dejar a Maddy allí.

— ¿Mama? —Oí a Maddy.

— ¿Usted es su madre? —sentí su mano en mi hombro y mi cuerpo tembló aún más, no podía soportarlo, mi corazón golpeaba sin parar.

Guau

¿cuantos cambios, verdad?

Tanto drama 👀