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Niall POV

Liam logró encontrar la patente del auto que se llevó a Candy y pude ver la maldita cara del maldito infeliz a través del video por lo tanto solo faltaba encontrarlo.

Comenzamos a recorrer las calles de toda la ciudad buscando el auto con dicha patente. La noche estaba cayendo y debíamos hallar a Candy antes de que su madre regrese.

Jade estaba en su casa al cuidado de Sander, no queríamos que nada le pasase si encontrábamos al maldito infeliz. Cada vez perdía más las esperanzas de encontrarla.

¿Y si el maldito se la llevo a otra ciudad? ¿Y si Candy dijo algo que hiciera que la lastimara?

Tantas dudas rondaban mi cabeza, tenía miedo de que el maldito haya podido lastimarla. Haya podido dañarla, incluso temía... que ya no se encontrará con vida.

—Hemos recorrido toda la ciudad hermano. —Hablo Liam conduciendo.

—Tal vez es momento de llamar a la policía. —Hablo Zayn.

—No perderé las esperanzas, ese maldito debe estar en esta ciudad! —Golpee con fuerza el asiento y suspire mirando al suelo.

— ¡OIGAN! ¡LO ENCONTRÉ! — grito Harry — ¡ALLÍ! —apunto al auto que estaba escondido en un callejón.

—Te tenemos maldito perro. —gruñí con ira.

Bajamos todos del auto y nos acercamos, claramente era el auto. Al final del callejón había una puerta que daba a uno de los edificios.

— ¿Están listos? —Todos asintieron. — es la hora. —acomode mi chaqueta y caminé hacia la puerta.

Intente abrirla pero no podía, simplemente estaba trabada. Zayn tomó un barrote y forcejeo la cerradura hasta abrirla.

Louis llevaba un bate en su mano, Liam un fierro oxidado, Zayn su barrote negro con punta y Harry la tapa de un basurero.

Yo simplemente tenia mis puños, no me importaba ir desarmado, solo quería salvar a Candy.

Entre primero por aquel pasillo oscuro hasta llegar a una cocina, estaba oscuro pero se podía ver la asquerosa suciedad del lugar. Diarios viejos, latas de cerveza, ropa sucia e incluso paquetes de comida abiertos con comida rancia.

Oímos unos ruidos y los seguimos por otro pasillo hasta una puerta.

—Oh si nena, ¡vamos! ¡Deja de llorar! —Se escuchó un golpe seguido de un sollozo.

Candy, mi Candy. El maldito me las pagaría con su asquerosa vida. Patee la puerta y esta se derrumbó. El maldito estaba sobre Candy, ella estaba completamente expuesta y con sus ojos perdidos en la nada, ni siquiera reacciono al vernos.

— ¡HEY! —salió de Candy y se paró intentando tomar un arma pero Louis fue más rápido y le pego con el bate en la espalda.

Zayn tomó el arma del hombre y lo apunto.

— ¿TE GUSTA SECUESTRAR MENORES IMBÉCIL? —entre Zayn y Louis golpeaban al hombre sin parar.

Me acerque corriendo a Candy, estaba amarrada a la cama, sus ojos parecían cerrarse.

—Candy... —Acaricie su mejilla, estaba completamente empapada en lágrimas. — ya estoy aquí linda, te llevare a casa. —ella no reaccionaba, sus ojos se empezaban a cerrar y su respiración era demasiado lenta. —Oh no. Candy no. Quédate conmigo linda. —la solté de sus amarres y la cubrí con las sábanas para tomarla entre mis brazos.

Su brazo estaba morado, algo le había inyectado, vi a un lado varias gringas usadas. El bastardo escupía sangre mientras Liam lo ataba a la cama.

— ¿Qué demonios le inyectaste? ¡Maldito infeliz! —lo mire con odio.

—Tranquilizante, la zorrita de Daddy no dejaba de llorar. —río. — hagas lo que hagas Candy siempre será mía idiota.

—Me sorprende que pienses que tendrás libertad, porque el único lugar donde estarás, será en un ataúd.

Todos comenzamos a irnos, Zayn dejo el arma a un lado y llamó a la policía, pero nosotros nos fuimos antes de que esta llegue.

Candy estaba recostada en mis piernas, inconsciente, sus brazos tenían algunos moretones por las inyecciones y en su rostro tenía marcado un par de dedos.

La acorrale más contra mi cuerpo y bese su frente, me dolía verla de aquella manera. Mi corazón latía con fuerza por el solo hecho de tenerla en mis brazos.

No dejaría que nada le pase, debía protegerla, no sólo era su amigo. Era su Daddy y como tal era mi responsabilidad cuidar y proteger de ella a toda costa.

Jamás había tenido tanto afecto con una mujer como con ella, con la que simplemente me acostaba. Candy era distinta, me hacía feliz sin necesidad de usar su cuerpo. Ella causaba algo nuevo en mí, un sentimiento tan hermoso y confuso a la vez.

Tenía miedo porque tal vez... tal vez me estaba enamorando y Candy nosentía lo mismo por mí.

Sweet Candy © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora