Sweet Candy © |njh|

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Candy POV

—Lo dejaste ir... —la voz de Jade retumbó en mi cabeza, solo me digne a asentir. — antes de irse me dio esto. —estiro su mano y me dio una nota.

Cuando la abrí instantáneamente comencé a llorar, había una foto nuestra. La carta solo decía:

"Mi corazón te pertenecerá siempre, aunque yo no pueda tener el tuyo."

Jade me abrazo con fuerza y sollocé en su hombro, estaba tan dolida, tan destruida por haberlo dejado ir. Le había roto el corazón, había hecho lo que más odiaba que la gente hiciera.

Me había vuelto lo que más odiaba, una idiota que le rompió el corazón a la persona que amaba con todo su ser.
Mi tormento jamás se calmaría, aun así sabía que era lo mejor, no podía dejar que destruyera sus sueños por mí.

Había arruinado su vida y esta era la única manera de recompensarlo, sacrifique mi mayor deseo por sus sueños.

—Sé que duele, sabes que siempre estaré aquí. —Jade me intentaba animar aunque era en vano — el destino los juntará, este no es el final, algún día el entenderá lo que hiciste.

—Solo quería estar a su lado, sentir sus labios y decirle cuanto lo amo. ¿Por qué todo se tuvo que derrumbar? Él fue quien me sacó de mi depresión, él fue quien me hizo sentir especial. Tengo miedo, sé que conocerá alguien, sé que me olvidara, pero también sé que yo jamás podré sacarlo de mi corazón...

—Él se enamoró, Sander me lo ha dicho, el jamás se enamoró, tú lo lograste, será imposible que vuelva a enamorarse de alguien como lo está de ti. — Me hizo mirarla a los ojos — Candy, sacrificaste tu felicidad por la suya ¿Piensas que cuando Niall lo sepa te odiara?

Asentí levemente, era mi mayor miedo ¿y si el no entendía el por qué? ¿Y si me odia por haber roto su corazón? ¿Y si no quiere volver a verme?

—Pues entonces deberías replantear la idea que tienes de amor. —suspiro y solo se fue.

Tenía miedo y mucho, pero el miedo no se comparaba con el dolor que me causaba la perdida de Niall en mi vida.

Niall POV

Habíamos llegado, España, nuestro nuevo hogar, al menos por el tiempo en que estuviésemos jugando. Fue muy duro oír a Candy decir que no sentía lo mismo por mí, le había entregado mi corazón.

Siempre me había alejado de las mujeres que se enamoraban de mí y esta vez era yo quien era alejado por enamorarse. Ahora entendía el karma de la vida, recibirás lo que das.

Sander estaba melancólico por su relación a distancia con Jade, pero aun así prometieron seguir siendo una pareja.

Si Candy hubiese sentido lo mismo yo no hubiera ido a España, no la hubiese podido abandonar y aún menos sabiendo que podía estar con ella y ser su pareja.

Mi cabeza estaba llena de dudas, debía olvidar a Candy, debía rehacer mi vida pero... ¿En verdad podría suplantar aquel amor que sentía por ella?

Candy significaba todo para mí y aunque me había roto el corazón sus palabras aún el sentimiento seguía en mí.

Estaba a millones de kilómetros, debía conseguir a alguien que me ayudase a superar el pasado, si pude superar a Sally debía hacer lo mismo con Candy aunque costará.

Ella seguiría con su vida y yo también, ella seguiría su colegiatura, yo seguiría mi sueño. Ella estaba a miles de kilómetros y seguramente conseguiría un nuevo, yo debía hacer lo mismo, volver a ser quien era y dejar de lado al amor.

Al menos... Hasta lograr olvidar a la niña más hermosa que conocí, esa niña que con solo verla me había cautivado con sus encantos y yo no lo sabía.