Sweet Candy © |njh|

«27»

Niall POV

—Vamos nena no le hagas esto a Daddy. —mordí mi labio de verla acomodarse sobre mi pantalón.

—Estas castigado, ya te lo dije. —me retó y le hice un puchero. Se dio vuelta generando una pequeña fricción, lo suficientemente para aumentar mi erección.

—dios... Haz eso de nuevo... —Ella negó y bufé.

—Quiero hablar contigo sobre un tema en particular. —la atraje hacia mi y besé su cuello. — no... —se alejó y me miró seria.

— ¿Qué quieres hablar? —la miré cansado y excitado.

—Baby Sally.

—Oh no. —Negué varias veces — Candy ese tema es muy aburrido, hablemos de otra cosa. Qué tal si hablamos de lo que te haré... —la atraje hacia mí pero se apartó y me miró seria. — Candy por favor.

— ¿Por qué no quieres hablarme de ella?

— ¿Por qué quieres saber de ella? —Suspiré, estaba seguro que no pararía hasta saber la verdad.

Pensé que tal vez si le decía la verdad ella me daría lo que quería, entonces hable.

—Baby Sally fue mi primera babygirl, era una chica muy hermosa de 15 años, la conocí cuando salía de su colegio y tropezó conmigo. Siempre iba a la cafetería que yo iba, era como si supiese mis movimientos. —Hice una pausa y suspiré—Un día se acercó a hablarme y me propuso ser su Daddy. Yo conocía el fetiche y estaba soltero por lo tanto me apetecía. Su forma de ser era muy linda y supongo que eso fue lo que me enamoró pero ella no sentía lo mismo. Ella fingió ser mi novia, fingió amarme hasta que un día la vi con otro hombre y me confesó todo, me dijo que yo seguiría con ella o me enviaría a la cárcel. Fui su juguete durante 3 meses hasta que su padre nos encontró una noche. Casi voy a prisión de no ser por las cámaras de seguridad. Desde entonces soy quien soy. No creo en el amor, solo creo en las relaciones sexuales.

—Guau... —acarició mi mejilla y sonrió de lado. — creo que en verdad te mereces esto. —Sonreí al ver como se acercaba a mí —mereces saber el origen de Sweet Candy. —recostó su cabeza en mi pecho y bufé.

Yo esperaba que sea sexo.

—Te escucho. —acaricié su cintura y ella comenzó a hablar.

—A los 14 años me enamore de un chico un año mayor que yo, era tan perfecto, tan hermoso, único para mis ojos. Tenía una novia que era más grande que yo y mucho más... atractiva. Yo estaba muy desarrollada para mi edad pero tenía un problema, mi peso. En ese momento no me afectaba, el chico que me gustaba me miraba aunque tenía novia y yo simplemente me alejaba por el motivo de que sería marcada como zorra o roba novios. A pesar de eso el me hacía la vida imposible, no dejaba de mirarme y coquetearme a la distancia, incluso llore más de una vez de no saber lo que pretendía conmigo. Un día se fue y no volví a verlo, caí en una depresión donde culpe mi aspecto, adelgace mucho, incluso llegué al límite de tener anorexia y bulimia. De no ser por mi prima y mi madre yo seguramente no sería quien soy hoy. Gracias a mi aspecto delgado se me ocurrió la idea de subir una foto, esa cuenta era mi primera cuenta y jamás había subido fotos por lo tanto apenas la estaba estrenando. Cuando esa foto se llenó de me gustas y comentarios, la mayoría de hombre, me hizo sentir bien. Fue como algo que sano mi dolor, fue mi droga, me volví adicta a los comentarios y mensajes de los hombres. Y bueno... El resto es historia.

—Guau...—me miró apenada — Tranquila, entiendo tu posición, no te juzgo porque tu no me juzgaste —acaricié su cabello — además así fue como te conocí. —sonreí y ella mordió su labio.

—Tal vez deba arriesgarme nuevamente contigo. —Se acercó a mis labios — tal vez deba dejarte ser nuevamente mi Daddy.

—Por favor.... Es lo que más anhelo. —la apreté a mi cuerpo.

Mi pantalón era un infierno, Candy sabía encender todos mis sentidos con tan solo hablar de esa manera tan sensual que tenía. No me importaba si tenía que sacrificar todo con tal de tenerla en mi cama, la quería a ella y solo a ella.