💔 En Lo Profundo Del Corazón. 💞

Familia.

personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte y exLosplícito.

Agradezco las portadas de yans_kiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.

<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

Aviso:  *Contiene fráces y alucion a lenguaje que utilizan los pedófilos. Y con esto el mismo tema en el ámbito de la iglesia católica.

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" Aveces el mundo no necesita un héroe . . .
                     Necesita un monstruo."

La mirada de Midoriko se perdía por los ventanales de la casa, estaba nevando, haciéndole recordar los días de su vida en Japón, las noches frías, de hambre y golpes . . . Hasta que fue vendida. Lo demás, ya era historia.
Raizo, se movió en su regazo, ella le acariciaba el pelo peinandole con los dedos el oscuro cabello, él se encontraba tranquilo y sereno sentado sobre la alfombra frente al fuego. Era tan hermoso, su hijo, un hermoso joven en verdad, ya pronto podría devolverle lo que le arrancaron de niño. Había encontrado a los mejores especialistas y cirujanos, todo se haría en el más absoluto anonimato, le había costado una fortuna pero, ella tenía de sobra, para su hijo, todo, era poco. Naguna se acerco a ellos en un agradable silencio, observandolos desde la puerta. El amor y la relación que veía entre ellos dos era un bálsamo para su joven alma, atormentada por un pasado lleno de tortura, vejaciones y horror. Ahora ella también era parte de esta familia, su madrina era encantadora, jamás la había hecho sentir menos, era muy conciente de quién y cuan importante era Raizo en su vida. para ella también era alguien indispensable, gracias a él había podido, sino superar, por lo menos tolerar algunas de sus fobias, miedos y ansiedad, su sonrisa se ensanchó, para ella no sólo era su héroe, era su amor desde niña.

Recuerdo:

Después, de que el fué traído a casa de manera permanente, lo había seguido como una sombra, le maravillaba que siendo tan joven, fuera inteligente y astuto. Ella se la pasaba espiando todos sus movimientos, aún así, la sorprendía, sin decirle nada la "veía" por largo rato con esos lentes raros que sólo se quitaba cuando estaba con su madre, ella temblaba ante su fuerte presencia, pero no de miedo, no, ella jamás le había temido, escuchaba los rumores y las pláticas, de personas  que visitaban la casa cuando vivían en Japón. Hablaban con su madrina, por lo regular después de esas pláticas ella accedía no con mucho agrado, Raizo se hiba con el grupo y durante días, no regresaba. Jamás se atrevió a preguntar a dónde se lo llevaban. La última vez que vió a esas personas, estuvieron esperando a mi madrina, los escuchaba hablar, el más viejo decía que el pequeño, se había convertido en un monstruo, que era perfecto, y le diría al maestro, debían llevarselo.
Me asusté tanto de que no pudiera verlo más. Esa fué la última vez que visitaron la casa, no volvieron y nosotros nos mudamos a Grecia. Raizo se quedó permanentemente en casa, y jamás dejaba sola a su madre.
Ahora verlos como madre he hijo, era como tener por fin, una familia, la única que me había aceptado, por eso sí se hablaba de monstruos, yo también era uno, mi mente era cómo una computadora, tenía memoria fotográfica, además de fobias y crisis que duraban días, todo al mundo exterior y a estar con mucha gente, tenía ataques de pánico, era la razón principal, de que cuando debíamos viajar, me trasladaban prácticamente dormida. Mi madrina al darse cuenta de mi inteligencia desde niña, me compro todo tipo de tecnología, equipo y libros, ahora me hacía cargo de todo lo relacionado con los negocios e información referente a las actividades económicas de mi familia, tenía mi propio satélite, además de comunicación directa con los socios y contactos "especiales", contaba con un sistema de vigilancia de última generación para evitar a los intrusos, y estar en contacto constante con Raizo. Sí, soy un hacker, eso es lo que me han dicho todos los instructores que mi madrina contrato para mí.