Proposición

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Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte y explícito.

Agradezco las portadas de yans_kiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.

<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

Aviso de Lemon.

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"Si me aceptas, caminaré contigo, te haré reír . . .
             Si me quieres, confiaré en tí"
















Kagome había llegado por la mañana de Hong Kong los acuerdos se habían tardado pues los socios tenían sus reservas con el nuevo socio y más por qué todo se había hecho vía representante, lidiar con un montón de hombres que se creían que la decisión dependía de ellos la exasperó a tal punto que, ejerció su derecho de socio mayoritario y de manera diplomática los amenazó con sacarlos del negocio. Todos aceptaron los términos, estaba arta y exhausta, casi odio a su padre por haberla mandado. Se baño cambio y se puso unos jeans cómodos, una blusa de manga larga botones, todo de Moschino, regalos de Kaori. Estaba deseosa de ver a Sesshomaru, todo el tiempo que estuvo fuera le dió la pauta para descidirse, se acostaría con Sesshomaru, aún no sabía cómo se lo propondría pero los sueños húmedos de estás semanas le habían dado el empujón para descidirse. Tomó sus llaves y saco el auto, había una sesión de fotos privada en la agencia y era Sesshomaru el modelo.
El foco de la cámara se apagó y los demás comenzaron a recoger las cosas de la sesión. Kagome tenía rato viendo la sesión, en cuanto Sesshomaru la vió, el mundo giró sólo en torno a ellos. En este momento Sesshomaru se dirigía a paso lento hacia ella.

— Veinte minutos de descanso!!!

Gritó el productor, Kagome no puso atención a nada a su alrededor, mientras Sesshomaru avanzaba hacia ella sin quitarle los ojos de encima. Su mirada se veía apagada, algo raro en él. Se detuvo frente a ella, pero antes de que pudiera hablar, Kagome le quitó los lentes dándole el beso más apasionado que nadie le hubiera dado jamás. El entorno paso a segundo plano mientras era transportado al quinto cielo. No era un beso exigente ni doloroso, era un beso entregado lleno de anhelo, con ternura. Un beso que le arrancó un gruñido de satisfacción y deseo cuando ella le tomo la cara con las manos y después las fué bajando por su cuerpo para abrazarlo con todas sus fuerzas. No creía lo que estaba pasando.
En ese preciso momento deseó estar dentro de ella. Deseó que lo estuviera abrazando por qué lo extraño, kagome se quedó sin aliento mientras besaba a Sesshomaru, su cuerpo parecía de granito, no tenía un sólo músculo que no estuviera macizo, salvo los labios suaves cómo pétalos, era el cielo perderse en ellos.

— Por favor!!! Sessh, búscate un hotel!.

Sesshomaru se tensó al escuchar el comentario de Kan cuando el camarógrafo pasó a su lado. Sin embargo, seguía pasmado por el hecho de que kagome lo hubiera besado en público. Jamás había permitido que siquiera la tocara por los cuchicheos y comentarios que habían comenzado a circular en torno a ellos. Y el que ahora lo hubiera besado delante de todos . . . Era un sueño.
Kagome se mordió el labio y se apartó un poco para mirarlo a la cara con un leve rubor, y ahora no sabía si era por la furia contenida, la vergüenza o el estarse conteniendo de decirle algo.

— Te . . . Te ha molestado.

Sesshomaru negó al tiempo que la deslizaba por su cuerpo bajandola hasta que tocara el piso pasándole un dedo por la mejilla, la volvió a abrazar contra él pasando la nariz por su pelo para aspirar su magnífico olor, como la había extrañado. Quizás finalmente podría hacerla suya. Kagome cerró los ojos perdiéndose en el abrazo más espectacular que hubiera recibido, y su olor . . . A gloria divina. Se lo devolvió mientras la gente pasaba a su lado, no le gustaban las muestras de cariño en público, pero con él era distinto.
Ella quería estar con él en ese momento y en ese preciso lugar, cómo lo había extrañado. Sesshomaru cerró los ojos abrumado por lo que sentía.
« Suéltala! Apartala!, Le harás daño»
Le decía una voz interior, era lo más lógico y lo mejor para ella. Pero no podía. Se había pasado la vida viviendo según le ordenaran, complaciendo gente, primero su padre y luego los clientes. Nunca había sido lo bastante bueno para merecer el cariño de nadie, ni siquiera el de su madre. Pero ella, ella lo hacía sentir querido y respetado, para ella no sólo era un negocio, ni un cuerpo que tomar para saciar su deseo. No era un objeto de intercambio ni alguien de quién se avergonzara.
Para ella sólo era un hombre.
Y este hombre se moría por hacerle el amor.
« no seas imbécil, no lo hagas, sólo conseguirás hacerle daño, sabes cómo son las cosas, su padre te hará sufrir lo indecible . . . Y luego te seguirá jodiendo la vida hasta que pierdas todo por lo que has luchado, y ella, ella sufrirá mucho más al enterarse de todo» Dios, como odiaba esa voz cuando tenían razón.
Sin embargo, al mirar sus ojos violeta lo miraban con tanto cariño, con amor . . . Se descidio, estaba cansado de renunciar a todo, de sacrificarse para tener un poco de respeto y de que nadie se preocupara por hacerlo sentir que era importante para alguien. Midoriko le había dicho que el tenía derecho a una vida, que no dudara y fuera tras ella. Merecía que alguien lo abrazara y lo consolara sin usar sólo su cuerpo. ¿Era muy egoista al querer éso? Su determinación se tambaleó por el peso de ser conciente lo que todo esto acarrearía para kagome. En fin al demonio con todo, que se fueran al infierno todos. Si tenía que pagar por este momento, más adelante, lo haría, había sufrido mucho por cosas menos importantes, y kagome, ella era mucho más importante, ella bien merecía otra cicatriz.
Sin soltarla la llevo a su camerino, cerró la puerta aislandolos del ruido y de la gente que se encontraba en el set. Kagome no estaba preparada para la intensidad de su beso cuando la pegó a la pared. Sesshomaru siempre era tan reservado y callado, que no se imaginó lo bello que era verlo perder el control de ese modo. Y el que hubiera sido ella la que lo hubiera conseguido, la hacía sentir orgullosa.
Sus labios la devoraban mientras le desabrochaba la camisa, casi dejó de respirar cuando el deseo la atraveso. Nunca había estado con un hombre y relativamente lo conocía de poco tiempo, y Sango tenía razón, sino se acostaba con Sesshomaru, se arrepentiría toda su vida. Había algo en él que hacía que quisiera protegerlo, la ponían muy nerviosa y a la vez segura, era algo que le conmovía el corazón cómo nadie lo había hecho. Quería estar con él.
Sesshomaru dejó de besarla cuando llegó al último botón de la blusa. Sus pechos cubiertos por encaje negro, eran medianos y fascinantes, preciosos y perfectos. Seguía esperando que lo rechazara como otras veces.
No fue así.
Respiró hondo y tanteo con los dedos el broche dorado que cerraba el sujetador por la parte de enfrente. La miró a los ojos y el deseo que vió brillar en sus profundidades lo éxito aún más al desabrochar el sostén dejando libres los senos. Tomó el derecho con su mano, y la suavidad que sintió fué exquisita, al moverla el pezón endurecido le rozó la palma. Deseoso por saborearla, inclinó la cabeza para lamerlo con suavidad. Kagome jadeó al sentir el roce de su boca en el pezón, con cada caricia se le revolvían las entrañas, su boca la torturaba de manera sensual. Su aliento le quemaba la piel, tomo su cabeza con las manos para acercarlo más.
Sesshomaru se pasó al otro seno antes de desabrocharle los pantalones, lo más sorprendente de todo era que ya estaba muy húmeda.

— Tócame, por favor.

Le suplico, pues el ansia de placer, la consumía en su fuego.
Sesshomaru la obedeció y metió su mano entre las panties, dejó que el bello púbico le hiciera cosquillas antes de bajar a buscar la entrada de su cuerpo. Escucho gemir a kagome con una sonrisa satisfecha, movió los dedos para humedecerlos antes de comenzar a acariciarla, y succionó con más fuerza un pezón. Kagome grito de placer, nunca había tenido un orgasmo, fue algo intenso, increíble y, un poco aterrador. No tenía palabras que describieran lo que sentía. Se aferró a Sesshomaru quien seguía acariciándola, alargando él orgasmo con su pulgar en su hinchado botón mientras se arrodillaba delante de ella. Con las piernas temblorosas, miró esos ojos dorados llenos de deseo. Sesshomaru comenzó a bajarle los pantalones dejándola sin aliento. Levantó una pierna y luego la otra para quedar totalmente desnuda de la cintura para abajo, con la camisa abierta; los labios entreabiertos y sonrojada, Sesshomaru se quedó sin aliento al verle así. Era tan preciosa que sólo quería complacerla, sentir sus manos, que lo tocará con el único fin de complacerlo y de confortarlo. Se llevó su pequeña mano para mordisquearle los dedos, su aroma y su dulce sabor se la pusieron tan dura que le costó el alma misma no lanzarse sobre ella. Quería saborearla despacio. En ese campo estaba su verdadero talento, y quería demostrarle hasta que punto era el mejor.

CONTINUARÁ . . .

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He regresado y espero les guste el capítulo, será en dos partes.





💔 En Lo Profundo Del Corazón. 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora