Naraku y Midoriko.

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Personajes y las imágenes utilizadas en la historia no son de mi propiedad. Todos los derechos a sus creadores.

Lenguaje y contenido fuerte y explícito.

Agradezco las portadas de yans_kiblue y de Mónica tadakatsu.
Una disculpa por la redacción.

©® Historia con derecho de autor.
No se permite, copiar, adaptar ni tomar prestada.

<<>>, " ": Son pensamientos del personaje.

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" Cómo un rayito de luz puede darle vida a un alma atormentada y llena de amargura, la comprensión es un bálsamo para las heridas más profundas."
















Naraku esperaba en uno de los mejores restaurantes de comida italiana en la ciudad. Finalmente la señora Mckay había aceptado cenar con él sin negocios de por medio, esa preciosa mujer lo atraía, y mucho pensaba el modo de conquistarla, jamás había vuelto a tratar de halagar a una mujer, el sólo las llevaba a la cama y luego las buscaba para deshaogarse, sin sentimientos ni promesas sólo placer, pero esta mujer había evadido todas las indirectas y las atenciones de su parte, ahora mismo ya eran socios pero no había cruzado palabra con ella. Era una mujer muy esquiva. Y muy inteligente, la había investigado y sabía que tenía un hijo y una protegida, una niña prodigio que nadie conocía, su hijo, un jovencito callado, adusto, inteligente y sagas, demaciado inteligente para su edad, con un problema de visión pues usaba unos lentes de alta tecnología, aunque sabía que no era para nada un invalido se dió cuenta el día de la fiesta, una copa se resbaló de la bandeja hiba directo al pecho de su madre y de una manera insolitamente rápida, fue tomada por el muchacho sin derramarse ni una sola gota, muy impresionante, ni siquiera su guardaespaldas que era una persona entrenada era capaz de tal proesa. De ahí que decidió investigar a fondo, pero irónicamente no encuentro ni un rastro de ella, ni de los jóvenes ninguno había estudiado en algún colegio o universidad y sin embargo tenían títulos, La hermosa mujer era viuda desde hacía 7 años aproximadamente y no se le conocía amantes ni hombres. Jamás nadie se había acercado ni medianamente a la bella viuda Mckay.  Y aquí estaba él, dispuesto a conquistar y tener a esta enigmática mujer.

Escucho murmullos y fijo su vista en la entrada, había reservado un apartado para cenar agusto y poder así hablar con ella sin ningún tipo de interrupción. Hacia su aparición del brazo del muchacho vestido de forma casual, pero desde lejos se percibía el aura de protección y posesividad con la que rodeaba a su madre, hermosa se quedaba corto, con un vestido ajustado a la cintura y suelto en las caderas delineando su breve cintura y su redondo trasero, de color verde como sus ojos y el escote hasta la cintura dejando entrever sus firmes y redondos senos, una ola de deseo lo recorrió haciéndolo ponerse duro e incómodo. En cuanto les indicaron dónde la esperaba, se encaminaron al lujoso apartado, Naraku se puso de pie para ayudarla a sentarse, pero fue detenido con una mirada del chico quien acomodo a su madre en la mesa, para seguidamente inclinarse y recibir un beso de su madre en la mejilla.
Se enderezó e inclinó la cabeza a forma de saludo, Naraku reaccióno y le tendió la mano, estaba acostumbrado a que todos lo miraran con respeto pero este muchacho lo desafiaba de manera habierta, «" si te acercas mucho, te las verás conmigo, te vigilo."» Su postura le advertían como si las palabras hubieran salido de su boca.

— Buenas noches señor Vanderbilt.

La sensual voz de Midoriko atrajo su mirada, soltando el fuerte apretón del muchacho para tomar su mano y darle un beso en el dorso de la misma.

— Es un gusto que aceptará mi invitación, pero me temo que la reserva era para dos, si me hubiera avisado que vendría acompañada . . .

— Ho!, no sé preocupe mi hijo esperara por mi en otra mesa que aparté, le pido una disculpa por el atrevimiento de traerlo pero es que no acostumbro salir sola, Raizo siempre me acompaña.

Y con esa explicación Raizo se retiró besando la frente de su madre.
Un maitre lo esperaba para conducirlo a una mesa cercana a la entrada. Después del incómodo momento, Naraku pidió vino y decidió ignorar el hecho de ser observado por el muchacho a lo lejos.
Midoriko sonreía en su interior al ver la molestia del señor Vanderbilt.

— Me gusta su selección de vino, mi difunto esposo acostumbraba tomar una copa por las noches de este mismo vino, era delicioso.

Naraku, algo incómodo ante el comentario del marido se limitó a sonreír de forma tensa.
Pidió la carta para ordenar.

— Le recomiendo el especial de la casa es esquisito.

— Lo que pida estará bien para mí, me encanta la comida italiana.

Midoriko entorno sus bellos ojos y le dedicó su sonrisa más sensual, haciendo que sus labios carnosos de color carmín se curvaran aumentando el deseo de Naraku por probarlos y morderlos. Otra molesta erección se apretó en sus caros pantalones de diseñador, carajo!! Parecía un adolescente en su primera cita, pero esque esta mujer era pura sensualidad, lo atraía sin siquiera proponérselo.

— Algo le incómoda, señor Vanderbilt?

— La verdad sí, quisiera que me dejaras de llamar señor y me tutearas y me dejaras hacer lo mismo, no somos tan viejos y de verdad quisiera me dieras la oportunidad de conocerte y de que me conocieras. Que dices?

Midoriko lo veía de forma seria. Cómo si sopesara la propuesta, de pronto una sonrisa iluminó su semblante serio.

— Acepto, me parece bien conocer a mi socio, puedes llamarme Midoriko.

— Gracias, pero quisiera que fuéramos también amigos, claro si tú quieres.

Midoriko le lanzó una sonrisa enigmática.

— Eso . . . Ya lo veremos.

Levantó su copa en un brindis.

— Por el gusto de conocernos y la suerte de haber cruzado en mi camino a una mujer tan hermosa cómo tú.

Midoriko sorvio el vino con deleite sin contestar el brindis.
La cena transcurrió de forma tranquila, Midoriko reía ante una anécdota de Naraku en sus tiempos de universidad.

— Dime Naraku, hace cuánto estás viudo.

El semblante de Naraku se ensombrecio.

— Hace 26 años.

— Cómo se llamaba tú esposa? Se que fue una famosa modelo.

Naraku apretó los dientes, y respiró profundo, como si estuviera haciendo un esfuerzo por no gritar.

— Sí . . . Mira, no quiero ser grosero pero, realmente no me gusta hablar de eso, me trae recuerdos . . . Dolorosos.

— Te entiendo, Raizo también extraña a su padre tanto como yo, ¿te doy un consejo? Es mejor hablarlo por qué la pena y el dolor con el tiempo sino lo sacas te carcome el alma y serás un amargado por no superar el pasado. Mi hijo fue mi apoyo y mi bálsamo para superar la trágica perdida de mi esposo. Mi hijo lo es todo para mí.

Naraku se quedó serio, mirando al vacío, su hija había sido lo único que le había quedado de su trágico pasado, era un recordatorio doloroso y constante de la traición de quién más amó. Su hija por primera vez en años no le hablaba, ni lo había buscado, ni preguntaba por él, por primera vez era conciente de lo sólo que se sentía y de lo culpable que era del desapego con su hija, kagome era su hija, aún y cuando le doliera era lo único que realmente tenía. Y se sintió avergonzado, el gran Naraku estaba siendo alesionado  por una mujer que apenas conocía pero que le había mostrado lo que era un verdadero amor de madre, esta mujer acababa de darle un golpe directo a su corazón, era un mal padre y lo sabía, lo sabía por qué había culpado a una inocente del dolor causado por una mujer que nunca fué esposa, ni madre.

💔 En Lo Profundo Del Corazón. 💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora