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   Los pasos de José parecían ser el doble de largo a lo acostumbrado, grandes zancadas rápidas lo conducirán por un pasillo lejos del salón de literatura, lejos de Bran y sus encantos. José estaba consternado, hubieron varios segundos en que solo se detuvo a ver a Bran escribir, en denotar su piel tan lustrada, e incluso saboreaba sus mismos labios imaginando el sabor de los de su compañero.

Memorizo la forma de su perfil, y el gesto pensativo que le sentaba tan bien, porque mordía en pequeña escala parte de su labio inferior, lo mantenía allí atrapado entre sus dientes, ese pequeño espacio que a José le provoco humedecer con un beso, evidentemente se contuvo.

Soltó todo el aire que tenía contenido, tanto que pareció volver a tener un poco de color en sus mejillas, consiguió su casillero luego de una incesante caminata, descanso en él un momento introdujo la llave y lo abrió, guardo alguna de sus cosas y pensó en redecorarlo a su estilo.

-Hey- un dedito le toco el hombro, José voltea, cabello rosa de nuevo, da un respingo y sus libros caen al suelo.

-¡Oh Dios que idiota!- exclama avergonzado y furioso consigo mismo.

Baja a recogerlos, Bran en un acto de cortesía le acompaña, sus manos vuelven a rosarse y allí está de nuevo eso, eso que José no sabe explicar pero que produce un salto al corazón terriblemente excitante. Los dos se quedan un instante observándose, tanto que José puede sentir que Bran ve dentro de él, que sabe que está en un huracán de descontrol provocado por él.

-Perdona por asustarte- se disculpa.

-No, yo soy un idiota- José se coloca de pie.

Bran le sigue, se pasa la mano por el cabello recogiendo las hebras rosa con sus largos dedos, pero este rebelde y lacio vuelve a caer en parte de su rostro como una cascada que se partía justamente por la mitad, realmente toda una obra de arte cada movimiento de este chico.

-Solo quería...- pensativo mira hacia los lados-

-¿Querías?

-Sé que va a sonar tonto, pero, tengo cierta reputación aquí, así que sería bueno que no le mencionaras a nadie que escucho...

-Que escuchas a Ariana Grande- José termina la frase, y una risilla se le escapa.

Bran pone cara de pocos amigos, y realmente es intimidante, José niega con la cabeza y vuelve a su postura habitual.

-Solo quiero saber si puedo contar contigo- Bran apoya su brazo en uno de los casilleros, la distancia que había entre ellos se acorta en comparación a la anterior.

José se aferra a su mochila, empuña su mano y suspira.

¡¿Puedes dejar de lucir como imbécil? Apenas lo conoces!

El huracán José se activa, es así como el vuelve en sí, el efecto Bran no era tan poderoso. José asiente pasivamente con la cabeza, traga profundo.

-Puedes contar conmigo Bran, no le contare a nadie-

Bran vuelve a mirarlo a los ojos por un segundo, sonríe asiente y se da media vuelta.

Maldito cabello rosa

I want sex/ Quiero sexo.Where stories live. Discover now