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-Puedes soltarme antes de que grite- advierte José, Bramdon le agarra las muñecas, y pega todo su cuerpo al del joven. De pronto siente como los labios de Brandom invaden su cuello, justo donde le había chupado Kevin. Brandom le imita, absorbe con intensidad, José se arquea y gime sordo e íntimamente. Ve las estrellas al firmamento y recuerda esa parte de aquella canción de Rosalía...

Que en un momento quisiera, estar loca y no quererte, porque quieres causar pena...

-¿Porque la besaste?- pregunta José.

Brandom se aparta de la piel de su cuello la cual ardía pero a José le tenía sin cuidado en ese momento.

-Me buscas, me besas, me provocas....- José suelta las palabras sin pensar.

Brandom está muy despierto, sus ojos son dos platos, y su cara de asombro no se disimula, sus cabellos están desordenados en su cien, con sus largas manos peina sus hebras y estas vuelven a caer ya en una posición más limpia.

-Dilo-

Brandom suelta una risita.

-Estás siendo obstinado-

-¡Y tu un completo idiota!- exclama, sus ojos son dos llamas encendidas.

-Porque me tienes totalmente desconcertado, me vuelves loco José, y cada vez que te miro quiero besarte- se encoje de hombros- eso es lo que quieres escuchar, ahí lo tienes, es la verdad este soy yo-

Esa última parte a José le fundió el cerebro, sus hormonas parecen no descansar y aprieta sus puños entre tanta excitación, este suspira.

-¿Desconcertado?- José no tenía ni mínima idea que decir.

Brandom asiente y con ello acaricia con la nariz la oreja de José.

-No sé... qué... decir... a... eso...- tartamudea- pero si vas a andar besando a todo el mundo, no es muy prometedor que digamos.

-Lo hice para distraerla de sus pensamientos, cree que nos gustamos.-

-¿Y no es así?-

-A ella no le agrada eso, cree que soy malo para ti.

-¿Y no lo eres?

-No lo sé, dime tú. ¿No quieres estar conmigo?-

-Cuando los vi pensé solo una cosa... que hacían la pareja perfecta.

Brandom suelta una risita floja.

-Yo el chico rebelde con la niñita pija de papi y mami...- niega con la cabeza- no, ella se merece alguien como Kevin, niño bonito, yo no soy de esos que cuadran perfectamente en las fotos.

-Eres de los chicos que rompen el corazón, el mujeriego, el que se hace tatuajes.

-Hacerse tatuajes no es un crimen.

Parados viéndose fijamente a los ojos, José callo en cuanta cuanto había esperado ese momento, el momento en que se dijeran las cosas frente a frente, sin timar, ni uir... eran ellos... dos almas nada más bajo la luz de la luna. Brandom le podía lucir muy bien aquella luz plateada a sus ojos, y sus labios. Estaban entre abiertos, eran tan dulces a la vista que José mordió los suyos para reprimir todo aquello que provocaba tan pequeña y sencilla boca.

-¿Sabes qué es un crimen?- inquiere José.

-¿Qué?

-Tus labios que no se cansan de gritarme que los bese ahora mismo. 

I want sex/ Quiero sexo.Where stories live. Discover now