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José sintió palidecer, al acto, su piel era toda del color del papel.

-Escuche que cantabas detrás de la puerta- dijo sin cuidado.

-Eh... si era yo bueno, tocas muy bien el piano Brandom- José suena muy confundido, las palabras le parecían extrañas al decirlas.

Brandom el chico problemas toca piano, realmente toca muy bien el piano ¿Qué diablos pasa aquí?

-Aprendí desde los siete años, en la iglesia tocaba para las alabanzas- José se acerca y ve al joven.

Estaba perdidamente concentrado en cada tecla, hacia armonías muy suaves y hermosas que caían al oído como una seda suave.

-¿Quieres acompañarme?- expresa Bran con una media sonrisa suspendida en el rostro.

Los rayos del sol penetraban la sala, aquellos rayos del atardecer que lamian la piel del peli rosa como una franja amarillenta, hacía de sus labios más rojos y sus ojos de un color café brillante, era el rostro de un ángel.

Su piel brillaba...

¿Acaso él era una prueba viva de que ellos existían, acaso alguna persona podía lucir tan perfecta incluso con una franela blanca desgastada, jeans rotos y un desordenado cabello rosa?

José no lo entendía.

-Canta, no tengas miedo- Brandom apretaba diminutamente sus labios, asentaba la cabeza cada vez que hacía una nota con el piano.

Sus largos dedos diestros se paseaban con naturalidad, soltura, como una bailarina en plena exposición artística, José cerró los ojos y su voz era un coro celestial para el chico de cabello rosa, tan ligera como una seda era la voz de José a los oídos de Brandom.

¿Por qué no lo hago por ti?

¿Por qué no lo harás por mí?

Cuando todo lo que hago es por ti

///Ellos quieren vernos

Quieren vernos solos///

Quieren vernos separados...

Y yo solo quiero sentir que tú estás aquí

I want sex/ Quiero sexo.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt