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   Se inmiscuyeron por entre la multitud, y habían demasiados jóvenes con demasiados trajes brillantes, la decoración era de un sueño, toda llena de espejos, luces, y brillo estilo a los 70s. La música era inglesa en ese momento, y Taylor Swift le pareció a José un atrevimiento de fresa americana porque lo que dominaba las fiestas era el trap y el reggaetón. Pero les hizo el momento, bailaron al son de la movida canción pop. Si una introducción a la fiesta algo brusca, pero era lo que había, Kevin se vio por entre las personas con una chica rubia y José se quiso acercar a él para preguntar sobre Brandom pero le fue imposible. Luego vino una inesperada música movible, y el sudor corrió por la espalda de José y la sed le envolvió el paladar.

-¡Voy por algo de tomar!- expresó al momento.

José salió de la pista y se encontró con una mesa forrada en un mantel de seda y a su disposición una fila de comida y ponche, se sirvió en un baso desechable el liquido en cuestión y atrapo un hielo con los labios, torpemente se voltea y consigue un cuerpo tras de él, evidentemente chocan y José derrama ponche en la americana blanca.

-¡Oh Dios perdona, lo siento!-dice sin más- ¡Mierda! siempre la cago nojoda- expresa por bajo.

-¿Has dicho algo?- reconoció esa voz, y cuando levanta el rostro niega con la cabeza un poco.

Esto tiene que ser una broma...Marco...

-Es una expresión muy de mi país- dice José y bebe un poco de ponche, de pronto la bebida le pareció asquerosamente amarga, odiaba el sabor del dulce jarabe con el alcohol.

-Entonces es una realidad que tengo que estudiar español más seguido- le roba el baso, toma de él y hace una expresión similar a José pero sin apartar ni un segundo la mirada en él.

José sintió un escalofrió que le recorrió la columna vertebral.

-Esto de conseguirme contigo y mancharte la ropa es algo que es costumbre- dice José, y ve lo impecable que se ve el traje.

Era algo muy al estilo de Marco, con rayas y estampados crudos de colores neutros, un pantalón alto de campana, y sus cadenas colgando en su cuello como dos haces brillantes, dorado y plata.

-¿Te gustan?- pregunta con las cejas alzadas señalando sus cadenas- si te digo el valor de cada una puede que no te lo creas- expresa.

-¿Impresionando con tus dotes de niño rico? No es muy original- suelta José sin darle prenda a la conversación que además le parecía banal.

-Solo digo que no te cansas de observarme- dijo Marco.

José se sintió algo avergonzado, pero negó con la cabeza incapaz de mostrar debilidad.

-Solo digo que no te cansas de seguirme- José se encoje de hombros.

Marco entonces suelta una sonrisa, y José noto aquel hoyuelo que se le hacia en el rostro, y de pronto Brandom se vio reflejado en él. En esas expresiones cortas, sexis, duras que le producían a José una curiosidad tremenda.

-Solo quiero que sepas que voy a tocar contigo esta noche, para que te enteres ya me pasaron las partituras- expresa.

José asiente.

-Vale, vale, pues ya me entere...-

Marco no dice más y da media vuelta.

-Marco- le llama de pronto José:- ¿No sabes de casualidad donde podría estar...?- en ese momento José se sintió patético.

Marco de media vuelta y no ocultaba de su rostro esa imagen divertida, serena, y como toda expresión le colgaba tan elegante y sutil. José sintió rabia consigo mismo por fijarse en detalles tan... íntimos.

-José ¿buscas a Brandom? No es una novedad que se pierda de ese modo, ya aparecerá. Me resulta una exquisita sorpresa que estés aquí... solo - expresa Marco y le guiña el ojo- por cierto que mal ponche- dice y deja en baso en la mesa, se retira sin más con su andar felino.

José se queda allí, parpadeando, con un mal sabor de boca y más confundido que antes ¿No era novedad que Brandom se desapareciera? Claro...

Brandom el maldito chico problemas...

I want sex/ Quiero sexo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora