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 José se voltea, se observan fijamente, están hecho pasión y adrenalina desde la punta de sus cabellos hasta la de sus pies y solo les alumbra el cielo taciturno como testigo. José coge la cabeza de su compañero y le besa fervientemente, deposita todo aquel borboteo de pasión. La vibración de su pecho y el zumbido de su sangre retumban como una danza engranada por una orquesta a vivo fuego.

Brandom lo dirige a una silla plegable que esta tras de ellos a unos pocos centímetros, José cae allí tumbado con las piernas separadas, Brandom encima de él en posición de cuatro, va recogiendo poco a poco el abdomen de este jovencito por encima de su camiseta, va besando y explorando encima de la tela y José observa la tarea incapaz de interrumpir. Toma sus pezones y los masajea con sus dedos, el izquierdo, mientras que ya el derecho:

La tela que le cubria estaba totalmente húmeda, Brandom no dejaba de lamer la extremidad vestida por la delgada tela blanca. José no sabía a lo que se sumía, ¿Cómo había llegado hasta allí? Era como... el infierno, caliente, ardiente, esclavizaste, porque no podía apartarse de un segundo de él. Había bajado al infierno. Si efectivamente. Pero lo había hecho con un ángel y ese Ángel era Brandom.

Inmediatamente el de hebras rosa baja con sus labios y su lengua danzando entre piel y tela, José era una explosión viva de gemidos entrecortados, se curvaba su espalda en una media O perfecta mientras ya Brandom había desabrochado la cremallera de su pantalón y tenía en su poder el miembro erecto de José.

-Estás muy caliente José- de pronto Brandom estaba susurrando a su oído, masajea el glande de José con su pulgar y este se estremece, volviendo a curvarse, se aferra a la cabellara de Brandom y grita su nombre:

-¡Bran!- exclama.

-¡Shuuuuu!- le tapa la boca con su otra mano- vas a despertar a todo el mundo.

Brandom lo coge con las manos y comienza hacer movimiento con el pene de José, haciéndole masajes de arriba hacia abajo en una rítmica lenta, luego un tanto más rápida, mientras su boca Estaba cernida entre el cuello la clavícula y la oreja. Brandom depositaba besos castos en aquellas zonas. De pronto Brandom sube la camiseta de José y la zumba al suelo, él también se deshace de la suya, a José no le da tiempo de echar un ojo y admirarle el torso, vuelve a su posición, e inicia de nuevo el trabajo. Aprieta y masajea el glande de José, era una dulce agonía.

¡Mierda!

José exclama en su mente, su cabeza era un bum, eran explosiones en pirotecnia todo el, se volvió a arquear, esta vez piel con piel... pensé en el hecho de que sus pieles estaban tan unidas que podían olerse una a la otra, simplemente se dejó ir con ese basto pensamiento en las manos de su compañero, quien con tactos estratégicos, hizo acabar a José en una embestida cruda. El pene de José se hincho y Brandom sonrió cuando sintió el líquido caliente entre sus manos.

El chico de cabello rosa se aparta un poco, estaba sudado, tenía los cabellos pegados a su cien, sonríe y suelta el aliento junto con José.

-Ten un poco de ti- 

I want sex/ Quiero sexo.Kde žijí příběhy. Začni objevovat