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Estaba allí, en una esquina, refugiado del frio de la noche con una chaqueta de cuero oscuro, mirando desde lejos, en un aquel grupo desconocido de personas con motocicletas de motores ruidosos. José nunca creyó en la idealización de los motorizados como seres delincuentes, eso era solo un cuento americano, pero cuando pasó la calle y se acercó más al lugar el miedo le hizo saltar un poco el corazón. Tenía el paso indeciso, y no sabía como aquel chico de mirada afilada iba a reaccionar ante su presencia, realmente no se veía muy prometedor, y el silencio que arropaba esa calle, la soledad en cada tramo, le pareció un perfecto escenario para un crimen atroz, y la mirada le voló muy alto, y se vio tendido en el pavimento con un impacto de bala en el pecho, su cuerpo reposabdo sobre un charco de sangre y luces policiales alumbrando su pálida piel sin rastro de vida. Se paró en seco, maldiciendo y diciendo que era una mala idea, que verse con su desaparecido novio, detrás de la escuela en una zona sola desconocida y con aquellos patrullantes en moto, era una idea muy pésima. José entonces incapaz de seguir, se quedó allí, y espero la respuesta de Bradom. El chico va a su encuentro, con una botella de vodka barato en la mano y en la otra, aquella que tenía completamente tatuada un cigarrillo. Bran llega frente a José y su aspecto era muy alejado a lo que José espero. Bran escupe humo de su boca y este choca en la cara de José, el más pequeño bate la mano incapaz de soportar el olor.

-¿Desde cuándo fumas?- dice José ya recuperado de su aparatosa borrachera.

-¿No te alegra ver a tu novio?- Brandom arrastra la palabras como si le costará hablar con fluidez.

Tiene la mirada baja, triste, José puede sentirlo y algo le apuñala el estómago. Era como si Brandom no tuviese alma, un cascarón vacío, la idea le hiela la piel. 

-Brandom no he sabido nada de ti, vienes a aparecerte a las cuatro de la mañana- expresa José y le muestra el móvil.

Bradom suelta una risita.

-No debería darte gracia, le escribí a tu mamá y me ha llamado preocupada- dice José.

Era cierto, en reiteradas ocasiones, esa noche, luego de enterarse la señora Carla que Brandom no estaba con José su preocupación fue notable, más de veinte llamadas entrantes al móvil de José luego de la una de la mañana, y seguían los mensajes de : Aún no llega, ¿Dónde estará? No puede ser que Brandom se haya ido de nuevo...

-¡Bah!- bufa- la señora moral viene con su biblia a regañarme, que original, estoy arto de esta mierda- José parpadea varias veces incapaz de reconocer a Brandom- necesitas un baño Bran, deja esa botella y vámonos- ofrece José.

Bran entonces le dedica una pequeña sonrisa.

-Ven, ven- dice y con una fuerza tremenda lo acerca a él- quiero besarte- Brandom abre la boca e intenta besar a José pero este le aparta. Brandon destilaba un olor a alcohol muy fuerte.

-Hueles a alcohol Bran ¿desde cuando estás bebiendo?- pregunta José.

-Eso no importa- dice el chico de cabello rosa- ¿te importa?, ¿Te importo? No lo creo...- dice Brandom entre risas.

José arruga el entrecejo incapaz de entender a Brandom, esperaba que mejorara su actitud luego de un baño y un café.

-Vamos Bran hablemos cuando estés más calmado- dice José- suelta la botella.

Bran entonces se aleja de José y toma de la botella, sin parar, con los ojos cerrados y la garganta dispuesta. El líquido en la botella se había terminado y Brandom lanza el objeto a la calle y este se quiebra al instante en miles de pedazos de cristal, José se encoje de hombros ante la arremetida, y por primera vez siente miedo de Brandom, sus ojos, su actitud no era la misma y José podía sospechar el porqué.

-¿Te has emborrachado por lo de la otra noche?- Dice José casi en un susurro.

Bramdon dispone un rostro duro, y la mandíbula la prensa con una intensidad abrupta, se acerca a José y le acaricia la piel con el pulgar, José le toma la muñeca y Brandom lo intenta besar de nuevo.

-No- José se niega y da tres pasos hacia atrás soltándose del cabello rosa.

-¿Ahora solo follas con una cámara?- dice- ¿ya ni un beso me quieres dar?- suelta y niega con la cabeza- solo me usaste maldita sea...- susurra.

-Nunca- José palidece en el acto- nunca haría algo así.

-Me esforcé por ti, me la jugué todas José, y me pagas siendo un puto traidor. Mi vida no puede estar más en la mierda- dice y se acerca a José con una ira tremenda en la mirada- ¡Solo dímelo en la puta cara, dime de una vez que solo me viste la cara!-

-¡Vamos solo escúpelo Brandom, di que estas dolido porque me masturbe con otro frente a una maldita cámara!- José lo suelta con la ira contenida- ¡eso es lo que quieres, por eso te emborrachaste, para poder hacerme sentir de la puta mierda. Pero esto se acabó, esto aquí se acaba!

José de media vuelta, y de pronto Brandom lo coge de la muñeca, José tira pero Brandom tenía una fuerza tremenda, su mano era como una garra de acero. El jóven arropa con los brazos a José y en un acto de defensa grita pero nadie viene a su encuentro. Forcejea y logra soltarse de las garras de Brandom, cae al suelo !Bom! Le sonó la cabeza, José aturdido siente como un líquido le chorrea desde la frente, tenía ganas de vomitar y fatiga en el pecho. Brandom se le encima, José comienza a dar patadas y rasguños con la loca energía que dispone, no tarda mucho tiempo en darse cuenta que no ganaba la batalla y que todo le parecía tan confuso, triste, e irracional que lágrimas en los ojos le iban ya recorriendo las mejillas. Brandom para en un acto de lucidez, se levanta, con el rostro pálido y la respiración acelerada.

-Lo...siento...José por favor- apenas puede hablar.

José está allí en el pavimento, con un raspón ensangrentado en la frente y logra limpiarse las lágrimas con la americana. Ambos cruzan miradas con  confusión e irá contenida en ellas. Todo fue muy rápido, y los segundos volaron.

En un siguiente plano, José pudo observar qué Brandom recibe un golpe certero de un hombre más alto, con una americana blanca de marca, José solo reconoce esa espalda triangular y ese cabello ondeante caoba.

Marco ¿Qué haces aquí?

I want sex/ Quiero sexo.Where stories live. Discover now