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Brandom mordió la galleta, y con premura comía rítmicamente, parecía un roedor, de esos que andan rápido y se esconden por doquier. José lo observó, en su mano derecha una pulsera dorada muy delgada le colgaba, también tenía unos anillos a juego. Y no se había fijado pero Brandom tenía un pendiente, no colgaba, era un pequeño diamante, como un diminuto punto brillante en la oreja. José iba por su galleta número dos cuando se dió cuenta. Estaban deliciosas, José era amante de las galletas acompañadas de leche, pero más disfrutaba de la compañía de su... ¿Amigo? ¿novio?

José moja la galleta en la leche, sus ojos se vuelven pequeños y Brandom nota lo pensativo de su semblante, como no se da cuenta que la galleta se desmorona en la leche depositada en el vaso de cristal. Ambos sentados en el mesón de desayunar, sin decir nada en absoluto por uno que otro minuto, se dedicaron sonrisas y Brandom le dedicó uno que otro beso. Habían antes tenido el mejor sexo fortuito hecho en un mueble hogareño. Brandom aún tenía las imágenes de el rostro de José, cuando lo embistió, cuando le hizo suyo. Gemía y esa "O" perfecta en los labios de José a Brandom le volvían loco, era como una pasión que no se terminaba. Aún allí, luego de haber follado, luego de desgarrarse en cuerpo y alma, luego de gotas de sudor y gemidos de exitacion, ahí estaba Brandom, deseándole como nunca. Queriendo besar esos labios que ahora tal vez sabían a leche con galletas de chocolate. Se le vinieron unas cuantas ideas a la cabeza, jugar con comida era una rica fantasía.

Algún día...

Se propuso a sacar a José de sus pensamientos, se levantó del pequeño taburete y le besó, José se quedó en seco, pero le siguió. Ahora compartían un exquisito sabor a merienda de las cinco de la tarde. Brandom le da un beso casto y le acaricia la nariz con la suya, sonríen juguetones.

-¿Qué tanto piensas?- dice Brandom.

- Eres muy lindo conmigo, quisiera retribuirte las cosas que haz hecho por mi, quisiera...-

-Shhhh- Brandom le coloca el dedo en los labios a José- No te mortifiques por eso, solo hago cosas que estén a mi alcance. Nunca voy a cobrarte nada.

- Bueno ya que estamos tan románticos, deberías de dejarme jugar en el próximo partido- opina José.

Brandom suelta una pequeña risa.

-No se te escapa nada eh- dice y se coloca de nuevo en su butaca de madera.

José se encoge de hombros.

-No José, ya sabes las reglas, lo dicho y hecho ya está, solo deja que se cumpla tu suspención. No puedo dejar pasar por alto cosas que no deberían pasar en el equipo- Brandom habla pausado y muy seriamente.

José siente un poco de intimidacion, Brandom tenía una mirada cruda. José simplemente asiente dándose por vencido.

Está vez ganaste.

-¿Cómo le fue a Kylie en el juicio? ¿Ya ese patán está donde merece?- pregunta Brandom de la nada.

José coloca los ojos en blanco y recuerda a aquel hombre, de mirada baja, y mandíbula cuadrada.

- No, tal parece que ahora todo está arreglado, la familia de Kylie quitó los cargos- José niega con la cabeza- esto no me huele nada bien.

Brandom se queda perplejo por unos segundos.

- No creo que podamos hacer mucho, y viendo cómo están las cosas es mejor ya no involucrarnos en más problemas. Ya tenemos bastante con la Webcam- dice Brandom.

José se queda unos segundos pensando.

- Debemos saber hacer las cosas, tenemos que tener una coartada cuando paguemos la hipoteca- dice José.

- Estoy trabajando en ello- expresa Brandom- algo que no levanté sospechas.

José asiente.

- Por otro lado, se que no quieres que me involucre en lo de Kylie, pero hoy hay una reunión en casa de sus padres.

-¿Piensas ir? ¿Te han invitado?- inquiere Bran.

José simplemente asiente.

- ¿Irás solo?-

- No, quiero que me acompañes-

Brandom lo piensa por un tiempo que José no definió, pero pareció eterno.

-Por supuesto, será interesante esa velada-

I want sex/ Quiero sexo.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant