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   Sus dedos diestros, José quiso estar al tanto del sabor de alguno de ellos, sorbió entonces con pasión contenida el sorbete que tenía entre sus labios, seguido de ello sintió un mareo penoso que lo hizo dar un paso en falso, derramo un poco de liquido dulce que tenía en su baso al suelo.

-Yo lo limpio- advirtió con la cordura que le quedaba, Madison asintió.

-En la cocina está el trapeador- instruyó claramente.

¿Acaso ella no le afectaba en nada el alcohol? José empezaba a sentir mucho calor, y mucho más cuando penetro la casa, era acogedora y muy limpia. José dejo abierto el corredizo y se inmiscuyo más adentro, paso una pequeña sala de estar que había al comienzo: Había una biblioteca, un escritorio, varios documentos y una laptop sobre la mesa.

Luego de un angosto pasillo oscuro llegó a la cocina, era sofisticada, con todos sus implementos y aparatos que José no había visto, su pulcritud era palpable incluso para la vista, la porcelana y metales brillaban con intensidad. Chequeó por las cuatro esquinas buscando el trapeador hasta que lo consiguió reposando junto con unos cepillos de limpieza. Lo cogió y apago las luces de la cocina por costumbre, en Venezuela siempre lo hacía para ahorrar bombillos.

Luego de ello el pequeño pasillo había quedado más tenue, solo entraba la luz que emanaba el estudio. Unas manos le detuvieron y este dio un respingo, realmente no estaba mirando hacia el frente, soltó el trapeador y liquido se desbordo mucho más del debido en el vaso que cargaba.

-¡Ouh disculpa!- Exclamó en cuanto se dio cuenta que era Bramdon.

¡¿A quién se le ocurre entretenerse con unos zapatos nuevos?!

I want sex/ Quiero sexo.Where stories live. Discover now