I want sex/ Quiero sexo.

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 Decir esa frase fue abrumador, cantarla a todo pulmón mientras el piano le impulsaba a canturriar cada nota a la perfección, realmente no había tenido tanto sentido una frase para él como esa en ese momento. No sabía exactamente el por qué, pero sintió la necesidad de llorar, porque faltaba algo, no había nada... pero todo... porque sentía un mundo entero cuando estaba con aquel joven.

  Y no entendía la procedencia de tan extraño apego, su voz, su olor, sus labios y la forma en que los colgaba en una sonrisa mostrando tan lustrada dentadura. Eran esas imágenes, pequeños instantes que se grababan una y otra vez en la cabeza de José, aunque este intentase ocultarlo, e incluso logró ignorarlo por un tiempo.

Esa canción le estremeció...

Esa canción le regalo un ¡Bom! de sentimientos...

Esa canción cambio la manera de ver las cosas para siempre...

 Una lagrima se derramo, una mano fue a su encuentro, José estaba algo desenfocado pero cuando abrió los ojos observo otro par color avellana, lucían así gracias al sol, José sentía que podía perderse en cada raya que tenían y el brillo que emanaban. Suspiro.

-¿Pasa algo?- Brandom lucía realmente nervioso, incluso así, con el ceño fruncido, era una obra maestra que admirar.

 Algo pasó, no supieron realmente que era pero los atrapo como la gravedad, sin contención alguna sus labios se unieron incapaces de separarse, esos cinco segundos fueron únicos, simplemente saborearon sus labios poco a poco, eran suaves, delicados, y Bramdon termino por coger las mejillas del muchacho y plantarle un beso más profundo.

 Sintieron sus respiraciones e incluso el zumbido de sus oídos gracias a la sangre que aumentaba de velocidad, José y su corazón iban a estallar, le aparto lleno de miedo, pasión, y adrenalina. El cabello rosa no supo que hacer, solo se levantó lentamente dando paso al otro joven.

  Los dos se observaron, Brandom no dio crédito a lo sucedido, se veía algo consternado. José leyó perfectamente su rostro cogió su mochila y se fue con pazo apresurado.

-¡José!-

 Escucho tras dar un fuerte portazo.