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Había puesto un fondo musical, para inspirarse, se colocó un poco más inclinado en la silla, con las piernas abiertas frente a la cámara. Acarició entonces su entre pierna con delicadeza, el tacto le hace vibrar de emoción y excitación. Entre tanto va moviendo la mano derecha, dando suaves caricias a su parte íntima que permanecía en cautiverio por la tela de su ropa interior. El bulto se hacía cada vez más grande y todo palpitaba, la sangre era un torrente que se desplazaba por todo su cuerpo como una ola de placer.

-Ah- gimió entre tanta energía.

-Ahora humedece tus dedos y toca tus pezones- expresaba Brandom desde la bocina del móvil.

José le obedeció, era un cuadro de delicada pasión, estaba envuelto en sensaciones que el mismo provocaba. Estaba siendo instrumento de excitación para un ser extraño. Se imaginó alguien de edad, tal vez un señor cansado de trabajar, con corbata y la edad cubierta en su rostro. De seguro estaba agitado como el, frotándose también su miembro, queriendo ver más. queriendo tener más.

La voz suave del género pop le invadió el oído, una letra sexi una melodía suave. Iba al son de sus caricias en su pezón que reaccionaba a las caricias haciéndose más duro y prensado, se dejó caer, sucumbió en cuanto Brandom le ordenó masturbarse.

-Mueve las caderas- dijo Brandom.

José obedeció, el buen chico como siempre, cogió su miembro erecto, lleno de virtud sexual. Lo masajeó, cada centímetro, sientiendolo, sintiéndose. Gemía, cada vez más era un placer agonizante, tocó su glande con su dedo índice y cuando sintió la corriente creciente por su vientre, se dejó ir. Lo hizo y miró hacia arriba, sentía como las gotas caían sobre su pecho, sobre su abdomen, goteaba entre sus dedos. Cerro los ojos, la música acabo y se repetía diciendo:

El es lo que quieres, yo soy lo que necesitas...

y todo fue negro para el de nuevo...

I want sex/ Quiero sexo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora