I want sex/ Quiero sexo.

6

El día había pasado en miradas furtivas entre Brandom y José, pero José nunca le habló aunque Brandom intentase acercarse. En ninguna de las clases hicieron equipos como acostumbraban, José hábilmente cogia otro miembro. Cuando salen de clase, José espera del otro lado de la calle el auto de su tía.

-Oye- siente una voz tras de él.

José voltea.

-Hola Brandom- dice entre dientes.

-Hola ¿Pasa algo?

-No lo sé dime tú, ¿Cuántos te han felicitado por nuestro noviazgo? Porque Madison ya lo ha hecho esta mañana-

-Parece que no te alegra la idea de que tengamos algo-

José pierde la mirada, evita todo contacto visual con Brandom, está realmente exasperado. Suspira profundo.

-Sabes que desearía serlo, pero este no es el preciso momento.

-¿Por qué?- Brandom suena confuso- mira si quieres borro la foto- coge el móvil y comienza a tocar su pantalla. José le detiene y los dos chocan sus pieles.

-Ya no depende de eso, lo hecho, hecho esta okay- dice José- estoy un poco jodido Brandom, tengo...muchas cosas en mi cabeza.

-¿Es por eso que lloraste ayer en mi casa? ¿Algo paso en Venezuela que ahora no te das oportunidad de ser feliz? Mira estas en Miami, con familia, casa techo y un chico que quiere cosas bonitas contigo. Date la oportunidad de ser feliz-

José se quebró al escuchar eso, y sus ojos se cristalizaron, niega con la cabeza reprimiendo la sofocante ola de sentimientos que le abatían en ese instante.

-Es muy pronto, apenas tenemos un mes de conocernos- niega con la cabeza, perdiendo contacto visual con Brandom, su rostro le distraía mucho y no le permitía ser razonable.

-Tienes razón, dame la oportunidad entonces de ganarte-

José asiente y de pronto sonríe. Todas esas emociones que produce Brandom en él ¡acaba de sentir esas mariposas que revolotean en su estómago!

Debe ser una borma...

José suelta otra risita irónica, y Brandom le observa expectante con los ojos abiertos como platos.

-Okey- le da un golpecito en el pecho- conozcámonos- de pronto llega el auto de la tía de José, irrumpiendo con la escandalosa gama de cornetas y gritos despavoridos de su pequeño primo.

José se introduce en el auto rápidamente, y desde la ventanilla se despide con la mano, Brandom le imita y José siente un gran alivio.