Capítulo seis. | SEGUNDA TEMPORADA.

1.8K 185 21
                                    

Narrador omnisciente.

Para ambos fue una sorpresa verse frente a frente después de la boda, siendo que ahí solamente la chica le pidió al rubio que fingieran ser amigos, cosa que hizo sentir al ojiazul una presión en el pecho tan desagradable, él sabía que lo había arruinado todo.

Los ojos de la morena estuvieron puestos en los azules de aquel hombre que estaba sentado en la silla, aclaró su garganta, transformó su rostro de uno de sorpresa a uno de serenidad, no iba a dejar que estuviera sensible frente a aquel. La tosquedad de su rostro hizo que le rubio se removiera incómodo.

—  No creí que fueras tú la chica de maquilaje.

— No lo soy. —Respondió la mujer dándose la vuelta para tomar las cosas que había ocupado con Troian.

— Ya veo... Bueno, trabajaremos juntos por lo menos. —Trató de dar una sonrisa pequeña para aminorar la tensión entre ellos.

— Lo dudo. —La morena al darse la vuelta no lo miró a los ojos, solo se acercó a aquel varón para limpiar su rostro con una toallita humeda para quitar cualquier impureza.

Tom no era el único que sentía que su corazón salía de su pecho, a la morena le temblaba la mano por lo que en su intento por aparentar no ser vulnerable estaba siendo un tanto ruda con la manera en la que sus dedos se desplazaban por los pómulos del chico, haciendo a este fruncir el ceño.— ¿Podrías no fruncir tu cara?

— Si no fueras tan toscas, tal vez.

— Si no fueras tan delicada, me harías un gran favor. —Respondió la chica de forma grotesca, cosa que sorprendía al ojiazul.

Era notable que la presencia de aquel rubio la ponía mal, no porque en realidad le cayera mal sino que tenerlo cerca la hacía sentir indefensa, ella no podía estarlo, no con él, ya no, él la lastimó pero si tan solo ella notara con cuidado el mirar del rubio se daría cuenta que aquel estaba arrepentido.

Tom solo rodó los ojos asintiendo, la morena comenzó a hidratar la piel del chico pero esta vez siendo más delicada, dando suaves masajes para que la piel se hidratara correctamente antes de comenzar maquillar los puntos estratégicos.

— ¿Y como te va? —La pregunta salió estúpidamente de los labios del aquel varón, quien mentalmente se había abofeteado. Moa lo ignoró.— Espero que bien... A mí también me va bien... En real—Fue interrumpido.

— No es obligación tuya formar una conversación entre nosotros, Thomas. —Las palabras frías de la chica de mirada marrón estremeció al chico.

Thomas.

Ella nunca le llamaba así, jamás.

La había perdido.

— Cierto... Lo siento.

— Ahorrate tus disculpas. —No lo dijo de una forma grosera a pesar de que podía ser tomado así, la chica se negaba a recibir algo que viniera del varón aquel.— Listo, puedes irte. —Dijo seguido de alejarse, dándole la espalda.

Tom se miró al espejo, asintiendo suavemente pero nada cómodo, él quería saber de ella, quería que todo fuese como antes.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now