Moa.
— ¿Estás segura de que está aquí? —Escuché a Daniel hablar en la lejanía mientras yo me arrastraba por el suelo.
— ¡Tiene que estar aquí! —Chillé mientras extendía mi brazo por debajo de los sillones palpando todo a mi paso.
— Si tu lo dices. —Escuché nuevamente decir mientras sus pies caminaban en otra dirección.
— Ya revisé la cocina y comedor, no hay nada. —Dijo Robert mientras se paraba en seco frente a mí.
— Y yo en tu habitación. —Acompletó Daniel.
Yo me alejé para incorporarme correctamente con mi mirada baja.
— ¿Le has preguntado a Tom? —Preguntó Robert cruzandose de brazos.
— Sí, él dice que ya buscó en su casa y nada.
El silencio se hizo presente.
— No, no... No puede ser. —Me lamenté.
— Moa, creo que hay que darlo por perdido.—Negué en silencio sentandome en el sofá en el que anteriormente buscaba, pose mis codos en mis rodillas y hundí mi rostro entre mis manos.
— Es un simple pendiente ¿No?
Daniel miró con severidad a Robert como si hubiera dicho algo malo, Pattinson que en su ignorancia no sabía la importancia simplemente le dedicó una mirada de regreso con confusión.
— Sí, es un simple pendiente, tienes razón. —Dije.
— ¿Qué? ¡No! —Chilló Daniel.— Robert, ese pendiente es importante.
— ¿Por qué?
— Porque fue el regalo del primer aniversario de bodas mis padres, mi padre se lo dio a mi madre. —Susurré con una voz un tanto gangosa, se notaba que en cualquier momento lloraría.
Y estaba a punto.
— Oh. —Y entonces aquel varón más alto entendió todo.
Agradecí que no dijeran nada más, solo sentí como un peso se sumó a mi lado.
Sentí unos brazos rodearme con firmeza pero con temor a lastimarme, supe que era Pattinson quien me había acogido en sus brazos.
— Hay que tomar un descanso, volveremos a buscarlo más tarde. —Sugirió. Daniel asintió y yo simplemente di un sonido en respuesta afirmando.
Había pasado casi una semana desde que perdí el pendiente.
Daniel se puso de pie para dirigirse a la cocina.
Robert solo se acomodó mejor, yo le permití el espacio y cuando estaba por alejarme para darle comodidad, aquellos ojos coquetos rogaron.— No, quédate... Digo, no me incómoda.
Yo en medio de mi sensibilidad, sorprendida le sonreí y asentí, dejé que mi cabeza cayera en su pecho sintiendo como la mano de él se posaba en mi espalda y cabeza.
El nudo en mi garganta se hizo más fuerte, un dolor punzante me alertaba del sufrimiento y su catarsis.
— ¡Vete, hazlo! —Dijo mi madre tratando de mantenerse serena.— Quiero que te largues.
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Detrás de la cámara. © [Tom Felton]
FanficMagdala O. Armstrong "Moa" siempre ha estado enamorada de su amigo Tom Felton desde que tiene memoria pero el miedo al amor y a su rechazo la ha llevado a admirarlo detrás de una cámara, pues sabe que él está enamorado de alguien más, obligándose a...