Capítulo veintisiete.

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L U N E S.

La mañana del Lunes fue recibida por todos, la mayoría emocionados pues según el horario que se le habían brindados a los amigos indicaba que la segunda actividad grupal era el alpinismo, aunque más bien era para aquellos que se atrevieran a escalar. La montaña que se suponía que escalarían no era muy alta sin embargo era de buen tamaño.

— ¿Irás? —Preguntó Robert a la morena a quien tenía secuestrada entre sus brazos.

— No me convence, sabes que le tengo algo de miedo a las alturas.—Explicó con calma observando como sus amigos comenzaban a movilizarse, reuniéndose para poder ir con el guía quien los llevaría al lugar donde realizarían la actividad.

— ¿Estás segura? —Robert estaba emocionado, eso sí, la idea del alpinismo lo había emocionado por lo que era algo deprimente para él que la morena no fuese pues este quería compartir con ella una actividad.

— Completamente segura.

Pattinson hizo una mueca de disgusto, miró a sus amigos con duda, no quería dejar a la chica sola.

Claramente no se quedaría del todo sola pues en mujeres, ni Erin, ni Evanna y Katy irían.

— Oh, no. —Chistó la morena mientras se alejaba de los brazos del británico.— No, no, no, no. —Negó mirando con seriedad al chico.

— ¿Ahora que pasó? ¿Qué pasó? —Preguntó el chico con duda.

— Sé lo piensas.—Dijo frunciendo el ceño.

— ¿Ah, sí? —La voz de Robert sonó un tanto sorprendida seguido de sentir su rostro arder.

La morena se sorprendió seguido de una carcajada negando.— ¡No eso, idiota! —Volvió a reír.— Me refiero a que no quiero que te quedes.

El rostro del más alto apresó sus propios labios mirando suplicante a la morena quien negaba con la cabeza con seriedad.

— No, no, no te quiero aquí, ve a divertirte. —Ordenó la chica. Robert estaba por alegar cuando otra voz en la lejanía habló.

— ¡Robb, rápido! ¡Ya nos vamos! —Daniel le hizo una seña con el brazo y la mano haciendole entender que necesitaba ir allí.

— ¡Espera! —Los ojos azules del de piel blanca volvieron a ver a la chica, dudosos.— Moa...

— Robby, no, ve.

— Es que no quiero dejarte sola.

— Tranquilo, no me moriré, solo son unas horas... Ve porque te van a dejar y si te quedas te voy a cerrar la puerta de la cabaña.—Amenazó lo que hizo que Pattinson soltara una risa seguido de ponerse de pie.

Pattinson tomó entre sus manos la cabeza de la chica seguido de darle un beso un tanto largo escuchandose como aquel beso sonaba.

— Eres la mejor, cualquier cosa no dudes en llamarme.

Entre risas la morena despidió al chico que corría hacia sus amigos para comenzar a caminar tras el guía.

No culpaba a a aquellos que en verdad creían que ellos dos eran novios, después de todo parecían que sí lo eran.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now