Capítulo uno.

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El tiempo nunca perdona nada y como consecuencia de ello, se debe aprender a vivir lamentando todo aquello que nunca hiciste.

Ese era el caso de Moa.

Jamás le dijo a Tom que estaba enamorada de él, y aunque cualquiera diría que solo se trataba de un amor pasajero y adolescente la verdad es que no lo era.

— ¿Y que piensas hacer? ¿Irás?

Se escuchó una voz sumandose a la sala donde se encontraba Moa, Robert se acercaba a ella para tumbarse en el sofá más amplio.

Moa había recibido una invitación de Emma para una fiesta que se haría como celebración al cumpleaños de Tom.

A pesar del pasar de los años, el elenco que protagonizó las aventuras de aquel niño que vivió seguía unido, tal vez no tan cercano pues cada uno había hecho su vida por su propia parte pero si algo era seguro es que todos seguían siendo amigos.

— Lo más probable. —Dio como respuesta Moa quien se llevaba a la boca un puñado de cacahuates.—Aunque no estoy segura.

— Por favor, haz sido de las pocas que siempre falta.—Resongó Pattinson ganandose un jadeo pesado como reproche de la joven.

— He estado trabajando, y lo sabes, no solo tú sino todos. —Explicó la chica.

— Claro, claro, nadie te lo echa en cara pero creo que si realmente quisieras verlos harías un esfuerzo.

— ¡Lo hago! Pero producción no siempre es tan liviano como ser actor. —Robert quien estaba a un costado de la chica no tuvo más que negar con algo de diversión al ver como es que la joven comenzaba a ser algo agresiva.

Él sabía bien al igual que Radcliffe la razón del por qué siempre trataba de sabotear sus compromisos.

— Magdala... No te pido que te quedes durante toda la fiesta, al menos pasa a saludar. —Pidió aquel hombre de tez blanca.

Y tras unos segundos de meditación de Moa, aquella asintió.— Iré, pero solo sí eres tú mi compañero.

— Hecho, pero ¿Y Radcliffe? -Preguntó.

— Ah... Él dice que irá pero llegará tarde.

— Es buenanueva la tuya que no insistieras para ir con él.

— Lo hice pero me dijo que no, que yo debía estar temprano.

— Sí, lo sé, él me pidió que te insistiera.

— ¿Entonces por qué preguntas? —Frunció el ceño la castaña.

— Quería indagar bien. —Le regaló una sonrisa pequeña que hizo que la trigueña extendiera su mano para jalar unos cuantos vellos de la barba que crecía.

— ¡Hey! Déjame. —Chistó tal cual niño pequeño.

— Nunca.~—Susurró la joven con entusiasmo ganando unas cuantas risas.

Así como en el colegio nunca te enseñan a valerte por uno mismo con los impuestos.

Nadie te dice que tan difícil es ver de nuevo a la personas que amas.

— ¡Moaaa! —Una exclamación se abrió paso entre el bullecio de la sala de aquella casa.

Emma con mucha emoción se acercaba a la morena quien recibió entre sus brazos a una de las mujeres que admiraba.— Emma, que bueno es volver a verte.

— ¡Lo mismo digo! Hace años que no te veía. Me entero más de Daniel que no es tan apegado a las redes sociales que tú.

— Lo siento, sabes que el trabajo de producción no es tan fácil.

Detrás de la cámara. © [Tom Felton] Where stories live. Discover now